martes, septiembre 22, 2009

Estado Laico, Costa Rica

CONSTITUCIÓN DEL ESTADO DE COSTA RICA

TITULO VI

LA RELIGION
CAPITULO UNICO

ARTICULO 75
La Religión Católica, apostólica, Romana, es la del Estado, el cual contribuye a su mantenimiento, sin impedir el libre ejercicio en la República de otros cultos que no se opongan a la moral universal ni a las buenas costumbres.

TITULO XVI

EL JURAMENTO CONSTITUCIONAL
CAPITULO UNICO

ARTICULO 194.
El juramento que deben prestar los funcionarios públicos, según lo dispuesto en el artículo 11 de esta constitución es el siguiente:

"Juráis a dios – sic - y prometéis a la Patria, observar y defender la Constitución y las leyes de la República, y cumplir fielmente los deberes de vuestro destino?

- Si, juro.

-Si así lo hiciereis. Dios os ayude, y si no, El y la Patria os lo demanden".


ARTICULO 11.
Los funcionarios públicos son simples depositarios de la autoridad y no pueden arrogarse facultades que la ley no les concede. Deben prestar juramento de observar y cumplir esta Constitución y las leyes. La acción para exigirles la responsabilidad penal de sus actos es pública.


ARTICULO

Diputadas y diputados proponen neutralidad religiosa para Estado costarricense
3.IX.09

Con el fin de adecuar la Constitución Política a la realidad social de la Costa Rica del siglo XXI, Diputadas y Diputados de diversas fracciones en la Asamblea Legislativa presentarán la tarde de este jueves 3 de setiembre un proyecto para la reforma de los artículos 75 y 194 de la Carta Magna.

El actual artículo 75 hace de Costa Rica el único Estado confesional de América, mientras que el 194 atañe al juramento Constitucional. El proyecto responde a una reflexión profunda y seria a la luz del derecho internacional comparado en derechos humanos, en específico los temas de libertad religiosa, libertad de conciencia y separación de Estado y religión.

La actividad de presentación del proyecto arrancará a las 3 de la tarde y se realizará en el Salón de Beneméritos del Congreso.

El Movimiento por un Estado Laico en Costa Rica, que reúne a representantes de distintas organizaciones religiosas, sociales, académicas y de la sociedad civil, se encargó de la elaboración del proyecto y es impulsado por un grupo multipartidario integrado por 13 Diputadas y Diputados.

El Proyecto será presentado a la corriente legislativa por Ana Helena Chacón del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC); José Merino del Frente Amplio (FA); Mario Núñez y Luis Antonio Barrantes del Movimiento Libertario (ML); Sergio Alfaro, Alberto Salom, Elizabeth Fonseca y José Rosales del Partido Acción Ciudadana (PAC); y Maureen Ballestero, Alexánder Mora, Ofelia Taitelbaum, Luis Carlos Araya y Gilberto Jeréz del Partido Liberación Nacional (PLN).

Los integrantes del Movimiento crearon el sitio web www.estadolaico.cr, donde se encuentra su manifiesto, el texto completo del proyecto de ley, respuestas a preguntas frecuentes y una serie de artículos y noticias. Las personas interesadas pueden apoyar esta reforma participando virtualmente en el sitio.

El Movimiento por un Estado Laico en Costa Rica se fundó en 2008 y es una alianza informal que agrupa a representantes de la Escuela Ecuménica de Ciencias de la Religión de la Universidad Nacional, la Universidad Bíblica Latinoamericana, la Iglesia Luterana de Costa Rica, el Centro de Investigación y Promoción para América Central de Derechos Humanos (CIPAC), el Movimiento Diversidad, la Agenda Política de Mujeres, la Colectiva por el Derecho a Decidir y la Asociación Costarricense de Humanistas Seculares; así como a personas no organizadas formalmente y que han venido aportando de modo individual al grupo.

“En un Estado Laico los habitantes pueden ejercer plena y libremente su derecho a la libertad de conciencia porque ni el Estado ni sus funcionarios y funcionarias de todo nivel intervienen, ni directa ni indirectamente, en las decisiones ni en el ejercicio del derecho a tener un credo religioso o a no tenerlo, puesto que orientan su vida privada por principios filosóficos o morales independientes de toda creencia religiosa”, manifestaron integrantes del Movimiento.


DIPUTADO CARLOS FEDERICO TINOCO CARMONA:
Acta del plenario legislativo
del 3 de septiembre de 2009

Buenas tardes, señor Presidente.

Señoras diputadas y diputados, el día de hoy he sido abordado por seis periodistas, concretamente, sobre la noticia del proyecto de eliminar a Dios de la Constitución. Ante esa situación, pues, redacté una nota que quiero compartir con ustedes.

No estoy de acuerdo con quitar el nombre de Dios de la Constitución, los problemas del Estado costarricense no se originan porque esté el nombre de Dios en una norma constitucional, ahí ha estado por mucho tiempo, como testimonio de la mayoría del pueblo que cree en Dios, sean unos católicos, otros evangélicos, o de la religión que sea.

Aquí todos creemos en Dios y hasta los que dicen no creer, cuando están enfermos o piensan que pueden pasar al otro mundo invocan su nombre. El Nuevo Testamento relata el pasaje donde Cristo sentenció que había que dar al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios.

En pleno siglo XXI, aquí en Costa Rica, donde tanto el Estado como la Iglesia han sabido respetar esta máxima, no encuentro sentido alguno iniciar una discusión sobre el Estado laico o el Estado confesional, y menos a las puertas de un proceso electoral, no, señores, lo que tenemos que hacer es ver cuáles son las reformas que requiere nuestro Estado para que sea eficiente, para que atienda sus funciones, para que los costarricenses nos sintamos seguros y vivamos en paz, ¿cómo alcanzamos garantizar el trabajo, la paz y el bienestar colectivo?, por eso no podría estar de acuerdo en que gastemos el tiempo en una discusión sobre estos temas, aquí la mayoría de los costarricenses creemos en un ser superior y no por ser el Estado confesional, la discusión carece de sentido, respeto a quienes piensan lo contrario, pero son la mayoría.

dentro de esta perspectiva no creo en cristianos de golpe de pecho y veinte centavos de limosna, y he presentado un proyecto con la doctora Edine von Herold sobre la responsabilidad social–empresarial, eso implica un concepto donde las empresas ya no solamente se preocupan por exacerbar e incrementar su riqueza, sino una responsabilidad con el medio ambiente, una responsabilidad con sus trabajadores, una responsabilidad con la comunidad.

En Costa Rica tenemos empresas importantes que son ejemplos, voy a citar algunas que fundamentan la visión de nuestro proyecto. Aquí en Costa Rica hemos visto al Banco Nacional, hemos visto a la empresa Amanco, al Grupo La Nación, a Kimberly Clark, a Banex, Policem, a Café Britt y muchas otras empresas, esto es crear un incentivo de parte del Estado a aquellas empresas que son solidarias con la zona donde trabajan.

En una de nuestras giras de la Comisión de Ciencia y Tecnología visitamos una de las empresas más exitosas y cuál fue nuestra sorpresa, enterarnos del aporte que hacía una empresa, más de seis millones de dólares al municipio de Belén. Las becas que otorgan a sus trabajadores, como también el incremento de actividades deportivas que son muy sanas para el desarrollo, como también en el crecimiento del medio ambiente.

Creo que ha llegado la oportunidad y sé que en diferentes partidos políticos en sus posiciones programáticas tienen esta perspectiva, y comentándolo con la compañera, la doctora Edine von Herold, nos dimos a la tarea de ofrecer humildemente un marco jurídico de incentivo para ese nuevo enfoque del desarrollo empresarial.

Es importante no solamente el crecimiento económico, sino el crecimiento en equilibrio con otros factores, y eso tiene que ser estimulado por el Ministerio de Comercio y, por supuesto, con legisladores como los aquí presentes.

Muchas gracias, don Francisco.

EL PRESIDENTE FRANCISCO ANTONIO PACHECO FERNÁNDEZ:
Muchas gracias, diputado.

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María del Carmen Huerta Morales: Nueva Carta de Hermandad

Comunidad de PP. Escolapios.
Navegar Juntos (Veracruz, México)
Julio, 2009

El sábado día cuatro de julio del presente año 2009, en la ciudad de Veracruz se hace entrega oficial y solemne de la Carta de Hermandad de la Orden de las Escuelas Pías, a la Maestra María del Carmen Huerta Morales (comúnmente denominada entre sus familiares, en nuestra Escuela y en la sociedad veracruzana -donde es ampliamente conocida-, como la Maestra “Bella”); esta iniciativa se lleva a cabo por sus innumerables aportes a nuestras Obras, Comunidades y Religiosos en esta amplia Obra escolapia de Veracruz regida por los PP. Escolapios.

El acto tuvo como contexto la concelebración de la Eucaristía en la Capilla universitaria del Campus Torrente Viver por las dos Comunidades Escolapias de este Puerto del Estado de Veracruz, con asistencia de la mamá de Bella -señora Esperanza- y otros familiares inmediatos, personal de los diversos estamentos de Primaria donde ella ejerce como Directora, amistades y allegados; en este fraterno contexto, el Rector de la Universidad y Superior de la Casa Generalicia P. Francesc Fuster Angel le hizo entrega del documento enviado por el P. General de la Orden, a la sazón el P. Jesús María Lecea Sáinz, con el que se la reconoce como miembro seglar integrante de las Escuelas Pías participando así de los bienes espirituales y de la cercanía a la figura y Obra de San José de Calasanz.

Seguidamente, en la Casa Generalicia se compartió la comida con los Religiosos Escolapios de las dos Comunidades de la ciudad, en un ambiente de agradable convivencia y evocando significativos episodios vividos en el transcurso de casi cuarenta años de trabajo conjunto en los diversos Campus del mismo plantel.

Son muchas y altamente meritorias las aportaciones que la Maestra Bella ha llevado a nuestras Obras y personas, entre las cuales queremos enumerar:

- su clara e intensa trayectoria de calificado servicio durante 36 años, tanto en el nivel de Kinder que ella dirigió desde su implantación, como en Primaria (mil alumnos) donde ejerció de profesora y sobre todo de Directora.
- su creatividad y capacidad innovadora: vivió y promovió entre el profesorado los Métodos Activos –inspirados en Pièrre Faure- y la enseñanza personalizada, y posteriormente con la colaboración de la Universidad Cristóbal Colón, introdujo las nuevas tecnologías en las aulas basándose en un proyecto empíricamente probado.
- su incondicional entrega al deber diario en aras de una educación integral.
- su búsqueda, vivencia personal y exigencia comunitaria de valores humanos, cristianos y calasancios.
- su defensa de la Orden Escolapia a lo largo de la historia de la Institución en la ciudad, tanto en momentos normales como en los menos fáciles.
- su amor a San José de Calasanz, promoviendo en toda la Comunidad Educativa el conocimiento de su figura y su carisma.
- su apoyo leal y transparente, humano y cristiano a la Obra y a las personas de los Religiosos Escolapios.

Nos congratulamos por este gesto significativo por parte de la Orden Escolapia hacia nuestra Maestra Bella, al que ella se hizo acreedora por una vida de exquisita donación -desde su condición de seglar- al carisma de San José de Calasanz.

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José Méndez: mi vocación

Historias de Vocación
Newsleter, 8.2009

Mi nombre es José Méndez y tengo 22 años de edad. Nací en Los Ángeles, California, y viví mi niñez en México.

Hace ocho años regresé a Estados Unidos, dejando atrás a México, mi familia, y mi religión.

Digo esto porque cuando llegué a Estados Unidos mis familiares no practicaban la fe. Aunque nos decíamos católicos, verdaderamente no lo éramos como se debe. En la escuela sufrí discriminación a pesar de ser ciudadano estadounidense, ya que no hablaba inglés. Me fue difícil adaptarme a una nueva cultura y a una nueva vida.

Pasaron unos cuantos años y aprendí inglés. Mis papás emigraron a este país y me reuní con ellos nuevamente. Su llegada me llenó de alegría. Comenzamos a ir a Misa, pero a pesar de eso, no teníamos deseos ni interés en servir a la Iglesia. Pasado un tiempo, mi madre sufrió una grave enfermedad. Al ser sanada, se sintió muy agradecida con Dios y comenzó a servirle en la Iglesia, lo cual hizo que yo entrara a participar en grupos juveniles. Desde entonces empecé a experimentar el amor de Dios en mi vida de una forma más auténtica que en el pasado.

No fue fácil la nueva experiencia, pues algunos familiares se sentían incómodos viéndonos a mi madre y a mí comprometidos activamente en la Iglesia mientras ellos estaban en el sofá mirando televisión. Pero al final se dieron cuenta de que servir a Dios es algo bueno, y entonces regresó la armonía al hogar. La experiencia de Cristo en mi vida me animó a servir en la Iglesia a donde mis padres acudían, y a escudriñar las verdades de nuestra fe. Desde entonces sentí un profundo llamado a la vida consagrada, y comencé a contactar organizaciones religiosas y a discernir mi inquietud vocacional. Ahora soy novicio escolapio, y estoy en Celaya, en una etapa de discernimiento vocacional que me ayudará mucho a saber lo que el Señor quiere para mi vida.

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martes, marzo 10, 2009

Calasanz en San Rafael del Sur (Nicaragua)

Entrevista al P. Juan Álvarez Iglesias, escolapio
Mauricio Morales Genie
Calasanz, hoy (XII.1969)

De nuestro ultimo viaje a San Rafael del Sur

Hemos llegado, en una tarde un tanto calurosa de principios de verano, varios alumnos del Quinto Año del Colegio Calasanz, a San Rafael del Sur. No venimos en plan de turistas, sino invitados a una asamblea general de los jóvenes de este pueblo en la zona del Pacífico.

Ha sido numerosísima la asistencia. El P. Juan Álvarez, después de saludar a todos los presentes, con la agudeza, seguridad y claridad que le son características, va presentando proyectos a realizar. Metas a conseguir a corto y largo plazo.

Llamada a la generosidad de todos y cada uno. Hay que tomar conciencia de múltiples problemas dentro de la misma comunidad de San Rafael. Llamada a responsabilizarse. La gente joven que debe de estar dispuesta a todo en bien de sus convecinos.

Quedamos gratamente impresionados por la buena disposición y respuesta inmediata. Ofrecimiento de colaboración por parte de estos jóvenes. Empezando por la prestación personal.

Al terminar, aprovechamos la ocasión para hacer unas preguntas al P. Alvarez.

Padre, cuánto tiempo lleva Ud. trabajando en San Rafael del Sur?

—Prácticamente, desde que llegué de España. Es decir, hace algo más de un año. Pero lo acertado sería preguntar, cuánto tiempo llevamos entregados a la atención espiritual —con proyección social— de estas sencillas gentes.

Digo esto, porque lo que aquí se realiza no es obra de una persona en concreto. Ni de dos. Es la comunidad de P. Escolapios del Colegio Calasanz la que se hace aquí presente. Cumpliendo con su misión de Iglesia, claro.

Yo ahorita no estaría aquí, si los demás Padres en Managua no estuvieran dedicados a otros quehaceres que, en parte, a mí me correspondían.

No olvidéis nunca esto: es fácil caer en la tentación de pensar que unos hacemos mucho más que otros. Pero lo cierto es que, no podríamos realizar muchas cosas si no contásemos con el apoyo de los demás. Máxime de los que están a nuestro lado.

Bueno, lo dábamos por supuesto. Pero tomamos nota de su aclaración. ¿Atienden otras iglesias o capillas además de la San Rafael del Sur?

—Sí. Poco antes de llegar vosotros el P. Cherna [José María Sacedón] y dos religiosas de Lumen Christi, salían para San Pablo. Barrio que está aquí cerquita y que algunos de vosotros ya conocéis.

Allí, mientras las monjitas dan catequesis, el Padre administra el Sacramento del Bautismo, visita enfermos, si los hay. Después, tienen la Santa Misa.

El P. Sacedón, regresa otra vez a Managua los sábados. El domingo por la tarde, en compañía del Revdo. H. Elías, [Hoy P. Elías Terol] vuelven a San Rafael para atender la comunidad de Montelimar.

También vamos a El Salto y Masachapa. Hablar de horarios y actividades, sería demasiado prolijo.

En San Rafael hay dos misas. Una el sábado por la tarde y otra el domingo.

¿Y, los demás barrios del municipio…?

—Son muchos. No podemos llegar a todos. Se suele ir el día de las fiestas patronales. Nos gustaría ir con más frecuencia. Pero es del todo imposible. No podemos multiplicarnos.

¿Y, los fieles, colaboran?

—Hay de todo. Pero, los que nos ayudan lo hacen muy bien. Son extraordinarios.

Además, tenemos una pequeña comunidad de Religiosas Lumen Christi. Pocas en número pero con un gran espíritu de entrega y sacrificio.

La Junta Parroquial, dinámica y eficiente.

Los jóvenes, sanamente inquietos y con ganas siempre de hacer algo que merezca la pena, son nuestra gran esperanza.

¿La jerarquía, el Sr. Obispo, ha venido alguna vez por aquí?

—Sí. Monseñor Chávez hace ya algún tiempo. Últimamente, nos visitó Monseñor Julián Luis Barni.

Quedó muy contento de ver el buen espíritu de los fieles y de todo lo que se estaba realizando.

¿San Rafael del Sur, no tiene Párroco?

—Sí. El Revdo. P. Antonio Bonet. Tienen en su haber muchos años de servicio a estas comunidades. Goza ahora de un merecido descanso. Está siempre presente entre nosotros. De lo que él y otros muchos sembraron, —entre ellos el P. Faus [Vicente Faus] — está dando sus frutos. A nosotros nos toca cosechar, mientras sembramos con esperanza e ilusión para que otros recojan a su tiempo. Siempre contando con la ayuda de Dios que es quien da el incremento.

¿La comunidad de PP. Escolapios, trabaja en algún pueblo o parroquia además de éstas de la zona del Pacífico?

— Nuestra obligación es colaborar siempre. Diariamente vamos a decir misa a distintas parroquias y comunidades de Religiosas de la capital. Sábados y domingos, se trabaja en barrios más o menos marginados. El P. Bruno Martínez dedica sus afanes al barrio de Los Castro.

Por otro lado, el P. Vicente Caudeli, con un grupo de seglares entregados, están haciendo maravillas en Los Jardines de Santa Clara.

Bueno, Padre, tenemos que volver a Managua. Nos hemos dado cuenta de la gran labor que los PP. del Colegio Calasanz están haciendo.

Inquieto, nervioso, consultando constantemente su reloj, dejamos al P. Álvarez, en este pueblo y dedicado a sus magníficos feligreses. Esperamos volver. Saben que pueden contar con nosotros.

Mauricio Morales Genie
Calasanz, hoy (XII.1969)

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La Masía del Pilar de los Padres Escolapios

Joan Seguí Estevan, escolapio

La Corporación Municipal de Godelleta inaugurará próximamente la “Plaza Padres Escolapios”, hecho que es muy de agradecer y que nos induce a reseñar el origen y presencia de los Escolapios en la población.

El 22 de febrero de 1737 llegan escolapios a Valencia para fundar un colegio, a petición de D. Felipe Lino Castellví, Conde de Carlet.

Para iniciar la enseñanza cuanto antes, compran una casa en calle Colomer, habilitan en su espacio cuatro clases de primera enseñanza y comienzan su ministerio el 20 de febrero de 1738, con una afluencia de 500 alumnos, algunos de los cuales fueron admitidos posteriormente al ampliar el espacio educativo. Todos con absoluta gratuidad.

Los Arzobispos de Valencia D.Andrés Mayoral (1738-1769) y D. Francisco Fabián y Fuero (1773- 1794) encariñados con la hermosa labor de lo escolapios les prestaron su decidido apoyo.

El Arzobispo Mayoral contribuyó con esplendidez a la construcción del actual colegio de la calle Carniceros y su monumental iglesia, y el Arzobispo Fabián y Fuero apoyó económicamente la labor educativa y apostólica de los Escolapios.

En informes a la Santa Sede, respecto a la situación de la diócesis, destacaron asimismo los 2000 alumnos gratuitos del Colegio de los Escolapios.

En 1763 el Arzobispo Mayoral inauguró en el Colegio el Seminario Andresiano, un internado de colegiales “becarios” (principalmente de familias venidas a menos), que serían instruidos en doctrina cristiana, buenas costumbres, lenguas latina, griega, francesa e italiana, historia, geografía, aritmética y geometría. Posteriormente, el Arzobispo Fabián y Fuero duplicó las becas por su inagotable caridad, y por eso las temporalidades del colegio le deben repetidos acrecentamientos.

La Masía del Pilar de Godelleta que adquirió del Dr. Prefaci por saldo de deudas de la Mesa Episcopal, la cedió en 1783 a los escolapios en pleno rectorado del P. Melchor Serrano, a quien posteriormente lo propuso como su Obispo Auxiliar.

Por tanto, los Arzobispos Mayoral y Fabián y Fuero vinieron a ser, con sus donaciones y legados, que daban apoyo económico a la munificencia de las becas del Andresiano, los verdaderos fundadores de la Masía del Pilar, que fue aumentando progresivamente en montes y tierras laborables con sus huertas, olivos, algarrobos y viñas, cuya producción de vinos corrientes, mistelas, rancios y vino de misa se vendían en el Colegio de Valencia con gran aceptación de los clientes por su calidad.

La Masía estuvo siempre muy en contacto con Godelleta, de la que procedían casi todos los trabajadores con alguno de Chiva y Cheste.

Entre los escolapios encargados de las tierras y dirección laboral destaca el Hermano Francisco Alegre, quien mantuvo muy alto el prestigio de la Masía desde principios de 1900 hasta 1936, inicio de la contienda bélica en la que fue inmolado con otros religiosos por ser religioso.

Durante la guerra, la Masía fue sede de mandos republicanos. Bajo la Perenchisa y entrada desde el barranco, se construyeron dos grandes depósitos de armas, cuyos restos bélicos pudimos constatar por los años 1940, y al lado de la Masía comenzaron a construir un gran edificio que llegó a las primeras ventanas, donde han edificado los Salesianos.

En 1939, acabada la guerra, vuelven los escolapios, entre ellos el P. Constantino Castellote Ventura y se piensa vender tierras de la Masía.

El día 3 de agosto se firma una relación de 58 parcelas de secano y 24 de huerta para ser vendidas, cuya lista tenemos a la vista y que pueden ser pagadas en diez plazos, como consta en un contrato del 1 de noviembre de 1939.

Para algunos esta compra les pareció como si les cayera la lotería. Con la cosecha de ese año ya pudieron pagar la parcela comprada. Como nos comentaba un conocido vecino amigo con cierta ironía: “Los de Godelleta, no compraron, ¡HEREDARON!”.

El 4 de agosto de 1940 el P. Bruno Martínez fue nombrado Ecónomo y Procurador de la Masía y, por tanto, encargado de la finca.

La Masía del Pilar desde 1904 hasta 1958, año en que la vendimos al Sr. Batiste de Carcagente y que luego compraron los Salesianos, fue siempre CASA DE FORMACIÓN Y ESTUDIOS de los Escolapios.

En 1904 hasta 1928 fue Centro de Estudios de Teología.

El 8 de junio de 1911 el P.Antonio Montañana inicia y dirige el primer Postulantado de la Orden de las Escuelas Pías con alumnos que se preparan para ingresar en el noviciado, cuyo primer candidato fue el P. Faustino Fantoba de Chiva. Perdura hasta 1936.

Actividad a destacar en la Masía desde 1929 a 1936 son las “Colonias Escolares” de verano para los niños gratuitos de los escolapios principalmente, que organizó el P. José Vaquer, cuyo ingenio y capacidad para recaudar fondos para que estos niños pudieran tener estas vacaciones fue sorprendente.

En 1939, acabada la guerra civil, se declara Casa Noviciado bajo la dirección del P. Pascual Juan y al R Bruno Martínez le nombran Maestro de Postulantes.

Nuestras relaciones con los vecinos de Godelleta siempre fueron amables. Íbamos el día del Corpus y alguna vez de paseo. Recordamos que con el P. Bruno fuimos al pueblo por 1943 para ver una maravillosa colección de mariposas de un señor, que contemplamos con mucho interés.

También algunos niños de Godelleta y masías colindantes acudían para compartir nuestros estudios, cosa que ya ocurría antes de la guerra como nos comentaba un vecino actual.

Hubo unos años en los que venían a la Masía los escolares de Godelleta para celebrar el 27 de noviembre, la fiesta de San José de Calasanz, Patrono del Magisterio Español.

Entre los escolapios más relacionados con Godelleta están el P.José María Soto, Hijo adoptivo de Godelleta, y el P. Bruno Martínez, cuyo proceso de beatificación ya está en Roma, por su cercanía con los vecinos y su fervorosa predicación de la Palabra de Dios.

Joan Seguí Estevan
Escolapio

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EL MINISTERIO ESCOLAPIO

ENCUENTRO EN ARGENTINA ­ MENDIOLAZA
Jesús María, escolapio / P. Omar, escolapio
Boletín informativo. Venezuela
115 – XI.2008

Es nuestro deseo compartir con toda la Viceprovincia los días que vivimos en Argentina, Mendiolaza, en el encuentro preparado por el Delegado para el Ministerio Jaime Pellicer sobre la realidad de nuestro Ministerio Específico en toda América.

Al llegar al Aeropuerto de Ezeiza de la ciudad de Buenos Aires nos estaban esperando el P. Eduardo García de la Provincia de Argentina y el P. Pedro Lasheras que había llegado antes y le acompañó a buscarnos. Llegamos alas 11: 30 p.m. hora de allí.

Desde el Aeropuerto nos dirigimos a la comunidad de los Padres Escolapios que se encuentra en el Colegio “San José de Calasanz” y nos ubicaron en las habitaciones para dormir. Allí nos encontramos con nuestros hermanos de la Provincia de México, P. Emmanuel, P. Miguel y la Sra. Mercedes profesora del Colegio “José María Morelos” que es el Colegio ubicado en la ciudad de Tlaxcala quienes habían llegado un poco antes que nosotros. Por la mañana nos encontramos con nuestros hermanos de la Provincia de Colombia P. Juan Jaime y P. Fernando.

Después, a la mañana siguiente nos llevaron nuevamente al Aeropuerto con destino a la ciudad de Córdoba ubicada a unos 700 kilómetros de Buenos Aires; en el avión nos fuimos con el P. Pedro Lasheras y el P. Javier Alonso de República Dominicana. Al llegar a Córdoba después de un vuelo de 1 hora 10 minutos nos estaba esperando el P. Ricardo Moreno de la Provincia de Argentina. Desde allí fuimos a Mendiolaza que está a unos 9 kilómetros aproximadamente desde el Aeropuerto. Es un pequeño poblado en donde los Padres Escolapios de Argentina tienen una casa de convivencias. Muy hermoso el lugar, sobre todo la capilla con un ambiente bastante acogedor. La temperatura del lugar 19 a 20 grados centígrados pues llegamos en primavera.

Al llegar, nos fuimos encontrando con muchos escolapios en un gran ambiente de fraternidad, de Escuela Pía. Por la tarde tuvimos la celebración de la Eucaristía y posteriormente la cena.

Por la mañana comenzamos con los laudes, seguidamente el desayuno y la presentación del encuentro por parte de Jaime. La idea de este encuentro era sencillamente presentar la realidad de todas nuestras obras y luego ver los elementos que le dan identidad escolapia a nuestras obras. Cada Demarcación fue presentando su realidad comenzando por Argentina y finalizando con Estados Unidos. Nosotros presentamos nuestra realidad del siguiente modo: Jesúsmari presentó Caracas y Valencia y Omar presentó Carora y Barquisimeto. Les podemos decir, hermanos, que aunque leamos las diferentes revistas que narran el ser y quehacer de algunas Demarcaciones, lo publicado en nuestras Efemérides y en los Anuarios nada es igual que escuchar la pasión y el amor que todos colocábamos al explicar la misión que la Iglesia nos encomendó en esta tierra hermosa de América. El rostro de los hermanos que nos iban contando todos los sueños, aciertos y elementos a mejorar de su realidad nos ayudaban a plantearnos más sueños y ciertamente seguir evaluándonos para responder con “con fidelidad creativa” a “los signos de los tiempos”.

Al finalizar esta parte que nos llevó todo un día nos adentramos en ver los elementos de identidad escolapia de nuestras obras. Les podemos decir que, sin el ánimo de faltar a la humildad, nuestra Escuela Pía de América mantiene vivo, con sus limitaciones, los principales destinatarios de nuestro ministerio: los niños y jóvenes pobres. Nos llena de gran alegría decir que no hemos olvidado a los pobres: para ellos fuimos creados y son ellos ese Jesús de Nazaret vivo y presente que una vez más nos dice: “ven y sígueme”.

Tuvimos la oportunidad de conocer en Córdoba, el Colegio Escuelas Pías, el Colegio Santo Tomás y la residencia Provincial en donde están los hermanos prenovicios; nos dio alegría conocer hermanos en formación inicial. De todo corazón les deseamos desde Venezuela fidelidad.

El encuentro terminó satisfactoriamente por parte de todos y se vio la conveniencia de mantener este espacio pues se trata de nuestro ministerio. Todas las conclusiones pasarán a formar parte del trabajo a presentar en el próximo Capítulo General a celebrarse en Peralta de la Sal pues el tema central será nuestro ministerio.

Al concluir en Mediolaza nos llevaron al Aeropuerto de Córdoba con dirección a Buenos Aires donde permanecimos hasta el día de nuestro regreso.

Tuvimos la oportunidad de pasear un poco; nos montamos en el metro que allí le dicen el Subte. Conocimos por fuera el estadio de futbol La Bombonera, el barrio Caminito al cual Carlos Gardel le compuso una bella canción. También visitamos un museo, la casa Rosada, el Congreso Nacional y, claro, la Catedral Metropolitana de Buenos Aires en donde están los restos del luchador de la patria San Martín. Allí en la Iglesia una vez más rezamos por nuestra Escuela Pía y por Venezuela.

Luego nos llevaron al Aeropuerto Internacional con rumbo a Venezuela. Allí nos encontramos con el P. Juan María y el P. Pedro Aguado.

Damos gracias a Dios por este maravilloso encuentro, por tanto don, tanto regalo. Damos gracias a toda la Viceprovincia por habernos confiado esta hermosa labor y a la Provincia de Argentina por la acogida y la fraternidad.

Junto a todos ustedes hermanos le pedimos a María Santísima, Trono de la Sabiduría, que nos siga acompañado en el anuncio del evangelio a los niños y jóvenes pobres.

De Dios y de los niños y jóvenes:

Jesús María, escolapio
P. Omar, escolapio

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P. José Antonio García Nuño

Patris Iosephi Antonii GARCÍA NUÑO a Sancta Teresia a Iesu Infante (1936-1995) ex Provincia Valentiae
José F. Unanua Pagola, Sch.P.

Hombre bueno y fiel

El epígrafe de sólo dos conceptos -bueno y fiel- , pone El marco preciso a la mejor definición o estampa de la vida del P. José Antonio García Nuño. Así fue, sin glosas, sin mayores comentarios. Bueno con todos. Fiel a Dios, fiel a los hombres, fiel a José de Calasanz y su Obra. En la era de la postmodernidad en que vivió, pragmática y relativista, un Escolapio cabal.

Su memoria perdura en claves de nostalgia y vacío, pero también de gratitud y estímulo. Gratitud a Dios que lo regaló a la Escuela Pía; estímulo para todos cuantos lo conocimos, pues ésa su estampa se gesta desde la sencillez, igual que en Teresita del Niño Jesús a quien él quiso asociar desde su juventud a su propio nombre y apellidos.

En la vida no hay efecto sin causa; la personalidad de José Antonio tuvo raíces sanas. La familia, el pueblo, la escuela del lugar, la parroquia, el entorno, configuraron desde los primeros años y para siempre su carácter fino, leal, laborioso, austero.

Nacido en una familia de arraigada fe el 8 de julio de 1936, en vísperas de la cruenta guerra civil española, siendo sus padres Antonio y Elisabeth, su infancia transcurre en la localidad de Morata de Jiloca, villa de la provincia de Zaragoza próxima al río de ese nombre, en la fértil ribera zaragozana. Pertenece ese lugar a la diócesis de Tarazona y se integra a la comarca de la comunidad de Calatayud, contando 360 habitantes en la actualidad, habiendo conocido momentos de mayor población.

Indicios elocuentes de su pasado esplendor se evidencian en la iglesia parroquial dedicada a San Martín, donde José Antonio recibió los sacramentos de iniciación cristiana -bautismo, primera comunión, confirmación-, templo de un hermoso estilo mudéjar, cuya fachada presenta en su parte superior una galería de arcos aragoneses del siglo XVI, con torre que ofrece el aspecto típico de minarete de mezquita y retablo del altar mayor o pintura aragonesa del siglo XV; en el entorno inmediato se halla la ermita de la Santa Cruz, situada en un leve cerro y construida en tapial y mampostería; todos ellos, elementos plásticos del hábitat religioso del niño y adolescente José Antonio.

En el cálido entorno de una población donde todas las familias y personas se conocen entre sí, transcurre feliz la primera etapa de su vida; de aquí sale José Antonio para La Masía del Pilar, provincia de Valencia, en 1951, y después de tres cursos de formación y estudios como postulante, que realiza en ese lugar y en Yecla (Murcia), inicia aquí mismo el noviciado el 27 de agosto de 1954 a sus 18 años, siendo Maestro el benemérito P. Manuel Mayor Oltra.

Los estudios de filosofía y magisterio los realiza, entre el aislamiento de fuera y la cálida animación por dentro, en el vetusto monasterio navarro de Irache (1955-58) a los pies del Montejurra, un centro de estudios de densa resonancia escolapia, ya que desde 1884 desfilaron por sus renacentistas claustros y severas aulas numerosas generaciones de jóvenes de toda España e incluso de América, que en un ambiente de rica fraternidad, gestaron ilusiones y soñaron utopías, acompañados por una selecta comunidad generalicia.

En un animado clima preconciliar, los estudios teológicos y su vertiente pastoral los realiza en los junioratos escolapios de Albelda de Iregua y Salamanca (1958-1962), cercano este último a ambientes universitarios; su entrega definitiva a las Escuelas Pías, mediante los votos solemnes, tiene lugar en Albelda el 12 de septiembre de 1961, fiesta escolapia del Dulce Nombre de María. Recibe el sacerdocio en Salamanca el 22 de diciembre de 1962, en vísperas de la Navidad; y en el mismo clima navideño, celebra su Primera Misa solemne en Santa María de Calatayud el inmediato 29 de diciembre.

Su primer destino en la Provincia fue el Colegio de San Joaquín de Valencia, donde permaneció hasta 1969; aquí se estrenó, llevando con genuina inspiración calasancia, la dirección del Colegio de Gratuitos de la Plaza, promoviendo con juvenil entusiasmo la preparación de los alumnos hacia diversas artes y oficios para que, sin tardar, contribuyeran a la economía de su hogar; al captar que los estudiantes y sus padres, con ayuda de las becas del Patronato de Igualdad de Oportunidades, optaban por cursar el bachillerato y en consecuencia disminuía el número de alumnos a pesar de sus desvelos, asumió la acertada y dolorosa decisión de proponer a la Comunidad Religiosa el cierre del Centro, que tras tantos años de benemérita labor social, había cumplido ya la misión para la que se creó.

A partir de1969, José Antonio pasa a América, donde su labor fue calificada de forma unánime por los conocedores de la historia escolapia contemporánea, como extraordinaria; fueron varios los escenarios y países en que desempeñó su labor, en todos los cuales -como hilo conductor de su perfil escolapio- aparece una constante: darse y servir. América resultó el destino ideal para sus sueños, donde midió la talla de su humanismo y de su entrega; analizada hoy su carrera, se contempla estelar.

El primer destino fue el Colegio de Managua, donde a los pocos meses de llegar fue nombrado Rector, cargo que ocupó dos trienios (1970-1976), viviendo la fuerte experiencia del terremoto que asoló la ciudad y derrumbó el Colegio Calasanz (1972), a consecuencia del cual moría el P. Bruno Martínez el 29 de diciembre del mismo año.

Viendo su feliz desempeño y logrado prestigio, es elegido Viceprovincial, cargo que también ejerció por dos trienios (1976-1982), etapa en la que conduce a la Demarcación hacia la formación permanente de los Religiosos y coloca sus obras en clave de pastoral desde una ágil y novedosa “programación estratégica”; época, por otra parte, difícil para la Iglesia que sufrió a veces efectos negativos de dos Gobiernos sucesivos en Nicaragua: la dictadura de Somoza y el Sandinismo; también nuestro Hermano vivió de cerca momentos preocupantes al ser arrestado con su Comunidad, sin causa alguna real, por la Guardia Nacional del primero y sacados de la Casa con fines desconocidos, plan frustrado por la intervención inmediata del Sr. Cardenal Miguel Obando y Bravo, a quien posteriormente se le concedería la Carta de Hermandad.

Entre 1982-1985 ejerce el cargo de Rector del Colegio de Santo Domingo, en República Dominicana, portando en su dossier personal sus depuradas virtudes, puestas a prueba en las densas etapas recién vividas. Su calidad humana y preparación académica no pasaron desapercibidas al entorno eclesial y educativo de los países donde trabajó: en Nicaragua fue Presidente de la Conferencia de Religiosos y directivo de la Federación Nacional de Educación Católica, así como miembro del Consejo Presbiteral de la Arquidiócesis de Managua; y en República Dominicana desempeñó los cargos de Vicepresidente de la Unión Nacional de Colegios Católicos, miembro del Consejo Presbiteral y del Consejo de Consultores del Arzobispado de Santo Domingo.

Es de aquí de donde parte en 1985 hacia Salamanca para asistir al Capítulo General, en calidad de Vocal por la Viceprovincia, y donde es elegido Asistente General por América, alto cargo para el que sería reelegido en el Capítulo General del año 1991 celebrado en Ariccia, localidad cercana a Roma, y en el que permanecería hasta su accidentada muerte, que ocurre el 23 de diciembre del año 1995, hacia las 5.30 del atardecer, estando de visita en México.

Muerte sobrevenida en actividades inherentes al propio cargo; regresaba de cumplir su tarea del día: sumarse al gozo de la Provincia mexicana por la Primera Misa del joven escolapio Rosalío Lugo Morales, celebrada en su ciudad natal de Querétaro, capital del Estado del mismo nombre, al norte y a tres horas de distancia en coche de la capital federal azteca, aproximadamente 170 kilómetros antes de llegar a la residencia provincial; siendo la ciudad inmediata San Juan de los Ríos -crecida y con bastantes recursos-, allí se le lleva para practicarle la autopsia.

Un final sorpresivo, para el que José Antonio venía preparándose con especial unción durante el Adviento que ahora finalizaba, en el que reiteradamente cantó: “Ven, Señor, no tardes”. Y esta vez resonó clara una voz: “Miren, el Esposo está aquí, salgan a recibirlo” (Mt 25, 6). Un accidente y un final llorado entonces, sentido siempre. En los ámbitos de la Escuela Pía, en diferentes países, en el fondo de muchos corazones, hubo consternación. Sí, ésa es la palabra. Todo fue como una pregunta larga, con respuesta breve: ¡Misterio! o designios de Dios.

Viajaban cinco Escolapios en ese coche, el cual salió de la autopista y chocó con un pino de la larga y densa hilera de los mismos situada en la zanja que separa las dos direcciones de la vía. Sentado José Antonio en el lado izquierdo y trasero del automóvil, su cerebro recibió golpe mortal. Sólo él murió. Una cruz de mármol colocada en el lugar, es testigo silencioso de la tragedia; su inscripción recuerda la fecha del accidente y alude a la vida, la de Cristo resucitado y en El la de José Antonio.

Al día siguiente, antes de la incineración, el P. Provincial de México, Aarón Julio Cahuantzi, presidió una concelebración con los novicios de la cercana Celaya, en la capilla donde se había colocado el féretro; la urna con las cenizas fue llevada a la casa Noviciado donde el 29 de diciembre tendría lugar el solemne funeral, presidido por el P. José Antonio Miró Gumá, Delegado General para la Formación, y con la providencial presencia de los participantes en el “Encuentro de Responsables de formación inicial y de Coordinadores de Pastoral Vocacional de América” que, llegados el día anterior a Celaya, tenían su curso desde el día 29 de diciembre al 6 de enero; en el mismo Encuentro debía participar como exponente el P. García Nuño. Lo hizo, pero desde su silenciosa presencia. El conocido escolapio en México P. José Almirall Andreu escribiría más tarde aludiendo a su visita a la Provincia: “Nos quedamos sin tu palabra”.

Un funeral, que al mismo tiempo, resultó digno homenaje a nuestro Hermano con representantes de estos países o lugares: Argentina, Chile, Brasil, Colombia, Venezuela, Centroamérica, Cuba, Puerto Rico, Las Californias, México y Roma. Nuestra América escolapia, allí presente: un fino gesto de Dios Padre, dispensando “honor al que honor merece” . Resultó altamente conmovedor ver cómo todos los presentes besaban arrodillados y con emoción la urna colocada junto al altar.

Similar emotivo funeral y última despedida fueron los que la Provincia de México le tributaron al día siguiente en la ciudad de Santa Ana Chiautempan, con la presencia de las Madres Escolapias que participaron activamente en la Liturgia, juntamente con la comunidad educativa del Instituto Morelos de los PP. Escolapios y numeroso público de la ciudad; en el bello marco de la iglesia del célebre Convento de Ntra. Sra. de los Ángeles y ante la popular imagen del “Padre Jesús”, se despedía a nuestro Hermano evocando su fecunda labor en bien de los pueblos de América.

Seguidamente, en larga procesión, se le acompañaba al cementerio para depositar la urna de sus cenizas en el panteón de la Provincia de México. Todos lo presenciaron: al salir del templo y organizarse la comitiva, comenzó pertinaz lluvia; no pocos de los asistentes pensarían en el llanto silencioso de la naturaleza. Mas algo sí era cierto y visible: las lágrimas, muchas lágrimas de los presentes.

Pero éste no es el punto final de nuestro P. García Nuño; las personas pasan, mas sus hechos permanecen; aunque la memoria humana tiende a ser frágil, pronto aparecieron numerosas y serias reflexiones escritas por diferentes Escolapios sobre su figura y obra; los aspectos resaltados en esas reflexiones son múltiples y provienen de diversas fuentes; varios de ellos han quedado reflejados o sugeridos en el itinerario de su vida ya descrito; mas es justo y enriquecedor espigar aquí, de entre los numerosos testimonios escritos -aunque en breve síntesis y de forma panorámica-, elementos de la trama de su ser y obrar en tres ámbitos: humano, espiritual, laboral. Ha de hacerse notar que las expresiones más rotundas, y a veces entrecomilladas por ser tomadas literalmente, se deben al P. José Mª Balcells,General de la Orden durante 18 años, con quien el P. García Nuño fue Asistente por América durante casi dos sexenios; él le dedicó una cuidada, fundamentada y sentida Carta póstuma “In memoriam”, (Ephemerides, febrero 1996).Veamos esos tres aspectos o niveles.

Ámbito humano:
hombre de principios, fiel y entero, concilió su calidad de vida con el realismo cotidiano y actitud siempre respetuosa hacia los demás, que a la par era profética, sobre todo en las sesiones de trabajo o reflexión; su humildad fue paralela a su disponibilidad para el servicio; atendía a todo el mundo con una sonrisa que infundía confianza; trabajador tenaz, buscador inquieto y creativo, no conocía ni el desaliento ni la tregua; como Superior, dadivoso hasta el detalle, adelantándose a la petición; sus numerosas cartas o postales eran siempre portadoras de expresión de cariño y recuerdo; mostraba ilusión contagiosa por el futuro de la misión escolapia en América. Sin alarde alguno, no descuidó sus estudios y formación: cursó Magisterio en Zaragoza (1958), diplomado de Pastoral en Salamanca (1962), Profesor de Educación Media en Managua (1972), licenciatura de Psicopedagogía (Managua, 1973) y un Máster en Supervisión Escolar (Santo Domingo, 1984); estaba abierto al fenómeno del cambio, atento siempre a su propio aggiornamento, asistiendo con frecuencia, dentro y fuera de la Orden, a conferencias o eventos culturales.

Ámbito espiritual:
imbuido de una fe sin fisuras, en expresión del P. Balcells, hacía suya la premisa calasancia “sentire cum Ecclesia”; Roma, hacia dentro, le llenaba de aromas calasancios, tan presentes en legados visibles de la persona y Obra del propio Fundador; hacia fuera, la Ciudad Eterna le motivaba con fuerza por su milenaria herencia espiritual e histórica, tradiciones singulares y experiencias vivas cual eco permanente y epicentro de una Iglesia universal. En ese escenario, José Antonio apareció “todo un escolapio, feliz de serlo y feliz de comunicarlo, que conocía como pocos nuestro propio universo” , según la misma fuente; vivía su vocación de consagrado con manifiesta alegría, seguía y perseguía los datos sobre personas, comunidades y Demarcaciones para asentarlos cada mes en la sección “Noticias breves” de las Ephemerides; quienes como huéspedes visitaban la Casa Madre de San Pantaleo, quedaban encantados de su exquisita acogida y fraterno trato recibido.

Ámbito de la misión:
en su itinerario pre-romano, ha quedado ya reflejada la trayectoria de la obra del P. García Nuño; aludimos aquí a su etapa romana, denso tramo final de su vida, durante el cual, en lenguaje del P. José Mª Balcells, ejerció su cargo de Asistente General como “diaconía inigualable” en los temas grandes y en los detalles pequeños, siendo -según el mismo testimonio- el paradigma de tal cargo; “fue noble, noble en decir y no menos en aceptar el consenso logrado; no calló nunca lo que creía debía decir en las reuniones y no hubo mayor discreción que la suya a la hora de exponer lo convenido” . En sus viajes, aparecía como una “epifanía” de signos escolapios, para entregar encomiendas a personas o comunidades. Se mostró dinámico, apóstol: “América fue visitada, saludada, animada, recorrida y amada de parte a parte; fue excelente Asistente, y se me hace que José Antonio no ha dejado de ser Asistente”.

Es sentir y decir de su P. General.

Sus sueños permanecieron vigorosos hasta sus últimos días. El año en que murió, programó un ambicioso curso de Formación Permanente que, haciéndose acompañar del que redacta estas páginas, llevó en sendas ediciones de dos semanas cada una, tanto a México, con sede en Celaya, como a Centroamérica, con sede en Managua; en un selecto y bien armado dossier entregado a cada cursillista, contextualizó la era de la Postmodernidad y, partiendo de la realidad, orientó el futuro de la misión escolapia ante Religiosos Escolapios y colaboradores laicos en nuestras Obras; idéntico programa estaba ya anunciado y calendarizado para llevar tanto a la Provincia de Argentina, desde Córdoba, como a la Viceprovincia de Chile, desde Santiago-Malloco, en los inicios del año 1996, iniciativas estas últimas que quedaron truncadas por su inesperada muerte.

¿De dónde deducía nuestro Hermano con tanta coherencia, empeño y decisión sus ideas para trabajar en el Continente americano? La respuesta aparece clara: del denominado proyecto “América 2.000” o “Encarnación de las Escuelas Pías en Latinoamérica”, documento programático que él mismo propició en el Encuentro de Superiores Mayores Escolapios de Latinoamérica celebrado en Cuenca-Ecuador del 30 de septiembre al 4 de octubre de 1990; una visión lúcida, inteligente y necesaria para su misión en América: trabajar desde consensos logrados, desde una visión global del mapa escolapio, desde jerarquía de prioridades.

La memoria del P. García Nuño continúa, como icono visible, de diferentes formas entre nosotros: en su zaragozana localidad natal -Morata de Jiloca-, que con fecha 11 de noviembre del año 2.000 le dedicó una calle rindiéndole sentido homenaje de autoridades y pueblo; en el corazón de la Provincia de México, Casa de Formación de Celaya, que rotuló su Aula Magna con el nombre “P. José Antonio García Nuño” en fecha 5 de enero de 1996, con presencia de representantes de las Demarcaciones de América; en efigies y recordatorios que evocan su figura; pero sobre todo, en el corazón de muchas personas que -tocadas por sus mensajes y testimonio- se han convertido a una vida escolapia de mayor calidad.

Al poner fin a estas líneas necrológicas sigue viniendo a la mente la reiterada y profética expresión de José Antonio: “Cuando termine mi servicio como Asistente General, pediré regresar a América para vivir y trabajar como escolapio y quedarme después allí para siempre”. Y aquí se ha quedado, como signo y testigo de un Escolapio cabal, como preciado legado de la Orden, para siempre.

P. José Antonio, desde el Cielo ayúdanos a construir la Escuela Pía de José de Calasanz que tú soñabas, por la que trabajaste día a día, la que con tanta ilusión nos has legado. Como buen discípulo del Maestro, recorriste la geografía escolapia haciendo el bien. Sembraste esperanza, recogemos compromiso. Amigo de todos, descansa en la paz del Señor.

José F. Unanua Pagola, Sch.P.

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miércoles, enero 14, 2009

Sobre la masacre de Sabra y Shatila (1982):

Las matanzas se produjeron en los dos campos contiguos de Shabra y Shatila entre las 6 de la tarde del 16 de septiembre y las 8 de la mañana del 18 de septiembre de 1982, en una zona controlada por las Fuerzas de Defensa Israelíes (FDI). Quienes las perpetraron eran miembros de las milicias falangistas ("kata´eb", en árabe), fuerzas libanesas armadas por Israel, además de estrechos aliados suyos desde el inicio de la guerra civil en el Líbano, en 1975. Entre las víctimas de estos actos de violencia, que se prolongaron durante 62 horas, se encontraban bebés, niños, mujeres (algunas de ellas embarazadas), y ancianos. Algunos de los cuerpos fueron mutilados o destripados antes o después de ser asesinados. Por citar tan sólo uno de los relatos de un testigo ocular tras la masacre, el del periodista norteamericano Thomas Friedman, del New York Times: "Ví sobre todo grupos de jóvenes de entre veinte y cuarenta años que habían sido alineados contra los muros, maniatados de pies y manos, y segados luego con ráfagas de ametralladora al estilo gangsteril".

Una comisión oficial de investigación israelí -presidida por Yitzhak Kahan, presidente del Tribunal Supremo- investigó la masacre y, en febrero de 1983, se publicaron sus conclusiones (desprovistas del Apéndice B, que hasta el momento sigue siendo secreto). La Comisión Kahan estableció que Ariel Sharon, entre otros israelíes, era responsable de la masacre:

"Según nuestro punto de vista, ha de imputarse al ministro de Defensa la responsabilidad de haber hecho caso omiso del peligro de que se produjeran actos de venganza y derramamiento de sangre contra los pobladores de los campos de refugiados por parte de los falangistas, y de haber sido incapaz de tener en cuenta este peligro al permitir que los falangistas entrasen en los campos. Por añadidura, ha de imputarse al ministro de Defensa la responsabilidad de no ordenar que se tomaran las medidas apropiadas para impedir o reducir el peligro de una masacre como condición para permitir la entrada de los falangistas en los campos. Estos errores constituyen una omisión de deberes que correspondían al ministro de Defensa."

La Comisión concluyó asimismo: "[E]n su reunión con los comandantes falangistas, el ministro de Defensa no hizo ningún intento por resaltar la gravedad del peligro de que sus hombres cometieran una matanza.... De haber quedado claro para el ministro de Defensa que no podía ejercerse supervisión alguna sobre la fuerza falangista que entraría en los campos, con el consentimiento de las FDI, su deber habría consistido en impedir su entrada. La utilidad de que los falangistas penetraran en los campos era completamente desproporcionada en relación con los daños que su entrada podía provocar en caso de que fuera incontrolada". La Comisión hizo notar además que "Dejaremos constancia aquí de que resulta manifiestamente desconcertante que el ministro de Defensa no hiciera en absoluto partícipe al primer ministro [Menajem Begin] de la decisión de permitir la entrada en los campos a los falangistas."

Sobre la masacre de Qibya (1953):

El historiador israelí Avi Shlaim escribió lo siguiente sobre esta masacre: "Las órdenes de Sharon consistían en penetrar en Qibya, dinamitar las casas e infligir un elevado número de bajas a sus habitantes. Su éxito en la ejecución de estas órdenes sobrepasó cualquier expectativa. La macabra historia completa de lo que sucedió en Qibya se reveló sólo a la mañana siguiente del ataque. La aldea había quedado reducida a escombros: 45 casas habían sido voladas, y 69 civiles, dos tercios de ellos mujeres y niños, habían sido asesinados. Sharon y sus hombres adujeron su creencia de que todos los habitantes habían huido y que no tenían idea de que estuvieran escondidos en sus casas. El observador de las Naciones Unidas que inspeccionó la escena llegó a una conclusión diferente: "Una vez tras otra se repetía la misma historia: las puertas astilladas por las balas, los cuerpos caídos en el umbral, indicando que los habitantes se habían visto obligados por un intenso fuego a quedarse en sus casas hasta que las volaran con ellos dentro. La matanza de Qibya fue descrita por aquel entonces en una carta enviada al presidente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unida por el Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario de Jordania en los Estados Unidos, fechada el 16 de octubre de 1953 (S/313).

"El 14 de octubre de 1953, a las 9.30 de la noche, escribió- las tropas israelíes lanzaron un batallón al ataque de la aldea de Qibya, en el reino hachemita de Jordania" (en aquella época, Cisjordania estaba anexionada a Jordania). De acuerdo con el relato de este diplomático, las fuerzas israelíes entraron en la aldea y asesinaron sistemáticamente a todos los moradores de sus viviendas, utilizando armas automáticas, granadas y bombas incendiarias. El 14 de octubre, se recuperaron los cuerpos de 42 civiles; varios cuerpos más permanecían todavía bajo los escombros. La escuela de la localidad, un aljibe de agua y 40 casas quedaron destruidas. En la aldea se encontraron explosivos israelíes que no habían sido utilizados y que mostraban distintivos en hebreo del ejército israelí . Alrededor de las 3 de la madrugada, y con el fin de cubrir su retirada, las tropas de apoyo israelíes comenzaron a bombardear las aldeas vecinas de Budrus y Shuqba desde sus posiciones en el interior de Israel.

El Departamento de Estado norteamericano emitió un comunicado el 18 de octubre de 1953 expresando sus "más hondas simpatías por los familiares de quienes perdieron la vida" en el ataque contra Qibya, así como su convicción de que los responsables "deberían responder de sus actos y que deberían tomarse medidas efectivas para impedir incidentes semejantes en el futuro". (Department of State Bulletin, 26 de octubre de 1953, pág. 552).

En la reunión del Consejo de Seguridad del 20 de octubre de 1953, se decidió por unanimidad examinar las violaciones recientes del Acuerdo General de Armisticio, así como el ataque de Qibya en particular. Se acordó que el Consejo invitara a su representante, el general de división Vagn Bennike, Jefe de Estado Mayor de la Organización de Supervisión de la Tregua de las Naciones Unidas, y escuchase su informe, con el fin de conseguir una información precisa sobre lo sucedido.

El general Bennike informó al Consejo de Seguridad el 27 de octubre de 1953. Afirmó que, tras recibir quejas jordanas acerca de una incursión llevada a cabo por fuerzas militares israelíes durante la noche del 13 al 14 de octubre, entre las 9.30 p.m. y las 4.30 a.m., un equipo de investigación partió de Jerusalén en dirección a Qibya a primera hora de la mañana del 15 de octubre. Al llegar a la aldea, el Presidente Suplente de la Comisión Mixta de Armisticio comprobó que se habían destruido entre 30 y 40 casas. En el momento de abandonar Qibya el Presidente Suplente se habían desenterrado 27 cadáveres de entre los escombros.

Los testigos se mostraron uniformes en su descripción de una noche de horror, durante la cual los soldados israelíes se habían paseado por la aldea volando viviendas, disparando contra puertas y ventanas con armas automáticas y lanzando granadas. Una serie de granadas de mano sin estallar, con letras hebreas que señalaban su reciente fecha de fabricación en Israel, así como tres sacos de TNT, aparecieron dentro y alrededor de la aldea. Se celebró una reunión urgente de la Comisión Mixta de Armisticio en la tarde del 15 de octubre y se aprobó con el voto de la mayoría una resolución que condenaba al ejército regular israelí por haber llevado a cabo el ataque contra Qibya, como violación del artículo III, párrafo 2,62/ del Acuerdo General de Armisticio entre Jordania e Israel. El Jefe de Estado Mayor declaró que había discutido con el Presidente Suplente de la Comisión Mixta de Armisticio las razones por las que había apoyado la resolución que condenaba al ejército israelí por haber llevado a cabo el ataque y, tras escuchar sus explicaciones, le pidió que las pusiera por escrito. Los argumentos técnicos presentados por el comandante Hutchison en su memorándum se consideraron convincentes por parte del Jefe de Estado Mayor.

En la reunión del Consejo de Seguridad del 16 de noviembre de 1953, el representante de Jordania solicitó que el Consejo condenara a Israel por la masacre de Qibya en los términos más contundentes, y pidiera a Israel que encausara y castigase a todos los funcionarios israelíes, militares o civiles, responsables de esas muertes. El representante del Líbano hizo una petición similar. La resolución 101 del Consejo de Seguridad, adoptada el 24 de noviembre de 1953 (con la abstención del Líbano y la URSS), consideraba que la acción de represalia de Qibya llevada a acabo por fuerzas israelíes era una violación de las disposiciones de alto el fuego de la Resolución 54 del Consejo de Seguridad (1948) y contravenía las obligaciones de las partes, de acuerdo con el Acuerdo General de Armisticio entre Israel y Jordania y la Carta de las Naciones Unidas, expresaba "la censura más severa de dicha acción". La resolución pedía también a los gobiernos de Israel y Jordania que impidiera cualquier acto de violencia a ambos lados de la línea de demarcación, pero no pedía a Israel que considerase responsables a quienes habían realizado la masacre y los pusiera a disposición de la justicia.

http://www.libreopinion.com/members/jose_marmol/sabra_y_shatila.htm

El lento genocidio de los palestinos (P. Dragnic, 4.I.09)

Amigos/as, hermanos/as:

¿Cómo permanecer indiferentes ante el genocidio israelí contra los Palestinos de Gaza? ¿Cómo no orar al Dios de Jesús expresando nuestra indignación y súplica para que se manifieste en favor de las víctimas? ¿Cómo felicitarnos en estos días de Navidad en esta noche oscura del pueblo palestino?

Quizá este artículo nos ayude a comprender mejor la gravedad de la situación vivida hasta hoy. Dispensen que me abstenga de felicitaciones.

Saludos.
P. Donald Mendoza, escolapio

El lento genocidio de los palestinos
Correo Electrónico enero 4, 2009 Por Pao Dragnic

Hace ya dos años que volví de Palestina y desde entonces, quiero escribir este mail. Pero es tan grande todo lo vivido, que en dos años no he podido sentarme a resumir todo lo que quisiera contarles, para que al menos pudieran dimensionar lo que ahí sucede. Porque eso me pasó a mí. Creí ser conocedora del tema -algo al menos- creí saber y entender algo del "conflicto" y de la "causa", pero nada se asemeja a vivirlo. No hay libro que uno lea y no hay imágenes que uno vea, que puedan graficar lo que ahí sucede. Uno puede ser un "experto" en la materia, pero si no se ha pisado ese suelo, si no se ha respirado ese aire, si no se ha palpado esa miseria, es imposible llegar a comprender el lento genocidio que ocurre en esas tierras.

Es imposible, porque quienes lo cometen han sido las grandes víctimas del siglo XX y entonces cualquiera que acaso condene alguno de sus actos, corre el riesgo de ser tachado de antisemita. De hecho, eso aprendimos en el curso de "Conflicto en Medio Oriente" al que entré como invitada de piedra a unas cuantas horas de Tel Aviv. A la veintena de periodistas latinoamericanos que estábamos ahí, nos entregaron un riguroso listado de claves conductuales que se titulaba: "Cómo identificar el antisemitismo del siglo XXI". Y creo que muchos lo leímos y en voz baja pensamos que fácilmente seríamos tachados de antisemitas. Por eso, muchos callan. Porque ser antisemita ante el horror del holocausto, es algo inaceptable hoy, a más de 50 años de esa masacre original que le devuelve la mano al destino, convirtiendo a sus propias víctimas, en monstruos sedientos de sangre, como si la venganza ante el dolor sufrido, saliera a borbotones medio siglo después.

Ahí está el primer gran error. El holocausto judío nos avergüenza como especie. No hay duda. Al recorrer los campos de concentración que quedaron como vestigio, uno se pregunta cómo pudo existir ese infierno, mientras el mundo seguía girando. Cómo en esos precisos instantes, no fuimos capaces de detenerlo. Cómo fue posible que millones de seres fueran perseguidos, torturados y asesinados de la forma más cruel, en el más completo silencio del resto del planeta. Quizás, luego de la desolación y el horror que uno siente, eso es lo que más sorprende del holocausto: la indolencia y complicidad silente. Hoy, muchas décadas después, lo condenamos y somos cuidadosos al tener el más mínimo acto de aceptación de alguna actitud nazi... ¿verdad?

¿Tendrán que pasar nuevamente décadas para que entonces nos preguntemos cómo fue posible que en el más completo silencio se masacrara a los palestinos?

¿Entonces seremos capaces de ver las fotos de los moribundos detrás del muro esperando comida? ¿A las mujeres pariendo en las fronteras establecidas por el sionismo? ¿A los prisioneros que Israel mantiene en condiciones infrahumanas? ¿Veremos entonces el muro y sus rejas interminables, con un judío hablando detrás de un vidrio mientras te grita que te quites la ropa una y otras vez, solo para atravesar de una lado a otro y poder visitar a tu familia? Y lo que parece más terrible aun, ¿las fotos de los palestinos tatuados con un número en los brazos como un carnet imborrable que les autoriza entrar a Jerusalén? Sí, tatuados. Igual que esas fotos espantosas de esqueléticos judíos fichados en los Campos de Concentración. Hoy, de palestinos.

¿Tendrán que pasar otros 50 años para que podamos ver todo esto y no sentirnos amenazados de ser antisemitas?

Ahí está el primer error que los judíos sionistas han sabido calarnos profundamente, para entonces amparar las más atroces injusticias que sus propios antepasados sufrieron bajo el yugo de los nazis. No hay que aceptar más este chantaje moral. Se que este mail bastará, para que mi nombre entre en la lista de los antisemitas. Pero no lo soy. Mi padre, yugoslavo, eslavo y casi gitano, sobrevivió a la limpieza étnica de los nazis y él mismo me enseñó que los nacionalismos enfermizos como el que persiguió a su pueblo en la Segunda Guerra, son la lacra social más terrible que puede existir. ¿Y qué es el sionismo de Israel sino un nacionalismo moderno y enfermo?

Un nacionalismo que, en sus vertientes más colonizadoras cercanas al socialismo (supuestamente ateo), apela a razones bíblicas para demandar un territorio que, además, pretende limpiar de las otras razas que ahí habitan. El sionismo es racista. No porque en sus principios esté escrito o porque la ONU en 1975 lo haya dicho en una resolución, sino simplemente porque no tolera la coexistencia de otros pueblos y actúa en esa dirección.

Como todos, crecí repudiando el holocausto y de cerca, con mi padre y sus historias.

Tanto me enamoré de la "causa", que a los 19 años estuve a punto de irme a Kibutz, embobada en mi adolescencia por la justicia tardía para el pueblo judío. Enamorada de "la causa" y de la propuesta socialista de construir patria mancomunada en el desierto. Sin una gota de sangre judía, sentí que mi raza eslava estaba con ellos y si algo podía hacer concretamente, era ayudarlos a sembrar, en un proyecto de vida que aun quisiera para mis hijos. En paz, comunidad y tolerancia.

Veinte años después conocí uno de los kibutz más emblemáticos de la oleada que se creó en los '70. Y sigo creyendo que es un proyecto precioso, sino fuera por "el alto costo humano que representa". Supe como se reparte el sueldo de todos para la comunidad, compartí con ellos el Hanukkah, vi los huertos inmensos perfectamente regados, las áreas comunes y su intimidad. Pero esta vez también vi los restos de casas bombardeadas, "tan moriscas en su arquitectura", que se levantan en medio de los verdes sembradíos del Kibutz como trofeo a la reconquista de la "tierra prometida".

A un lado, la lechería con vacas ultradesarrolladas capaces prácticamente de dar queso listo en un teta y al otro lado, las ruinas de la que fue el hogar de alguna familia palestina allegada hoy tras el muro en esos ghettos árabes que los judíos sionistas parecen haber recreado al más puro estilo de los ghettos judíos de la Alemania Nazi donde sucumbieron sus propios antepasados. Así de irónico es todo y ellos mismos lo describen.

Pude ver tras el resplandor de las velas del Hanukkah, como se retiraba el bus diminuto que transportaba como ganado a la servidumbre: palestinos enflaquecidos por el hambre que son autorizados a ingresar a Israel, con un carnet especial que los acredita como tal y les permite un "libre" tránsito.

Recordé entonces esas viejas películas que mostraban el esplendor europeo de algunos pocos en plena década de los '40, mientras la Segunda Guerra asolaba el continente. Hitler en sus despampanantes juegos Olímpicos, y al frente la chimenea humeante de los Campos de Concentración. Recordé incluso algún texto que describe la casa de Townley en Santiago, cuando Mariana Callejas celebraba sus emperifolladas rondas literarias en plena dictadura, mientras en el subterráneo de su propia casa, el servicio de inteligencia torturaba sin piedad a quienes son hoy algunos de los Detenidos Desaparecidos de Pinochet.

No hay que tener miedo. Condenamos el holocausto judío y hoy condenamos –oportunamente– el holocausto palestino.

Ir a Palestina, entrando por Tel Aviv, es una experiencia demoledora y desde entonces, es imposible no sentir una pequeña cuota de responsabilidad al ser cómplice de esta masacre, simplemente por no hablar. Pero es tan abrumadora esa experiencia, que intentar describirla se hace cuesta arriba. Porque surge la ansiedad de que comprendan que condenar la masacre palestina, no tiene que ver con el antisemitismo ni es una causa "in" en estos días. Los análisis internacionales, las proyecciones políticas, y el complejo panorama de la zona, quedan a un lado cuando se respira ese aire absurdo de intolerancia y masacre permanente.

La "tierra prometida" es hoy un cuadrillé de pueblos enmarcados en un muro de más de 8 metros de altura que zigzaguea el suelo y forma ghettos palestinos, de donde no hay salida. Apuñados, los palestinos quedaron en algunos pueblos sin conexión entre sí muchas veces, sometidos al ímpetu de los israelitas que deciden qué puede entrar a ese ghetto -o pueblo si prefieres- y qué puede salir. Esto incluye, obviamente, hasta lo más básico como la comida que, estratégicamente, te permite matar de hambre lentamente a quienes están adentro.

Imagina por un instante un largo edificio de 6 pisos, interminable, rodeado de militares anónimos que te encañonan constantemente y que encierran el lugar donde vives. Nada puede salir o entrar a ese lugar, sin que una patrulla de judíos sionistas lo autorice a través del pequeño "check point" dispuesto.

Si tu padre quedó en el ghetto de al frente, o pueblo -si prefieres- deberás visitarlo escasamente y previa autorización. Entonces, tendrás que hacer una larga fila, entre dos rejas como las vacas camino al matadero, ingresarás a una pequeña habitación donde sacarás tu ropa, serás humillado sin derecho a pataleo en tu propia casa, y alguien te gritará en hebreo detrás de un vidrio, si es correcto lo que estás haciendo. Si no, pueden apresarte y te llevarán a otra habitación quien sabe con qué fin.

Si la panadería quedó al otro lado del check point, deberás hacer esta rutina de ida y de vuelta, sólo si tienes la suerte de entrar, para luego ver si tienes la otra suerte de encontrar algo para comer. Así como me han tenido que perdonar los amigos judíos que leen este mail, que me perdonen también los palestinos por simplificar tanto el asunto, pero es en esta rutina cotidiana y abrumadora que todos desconocemos, como logran matar a todo un pueblo lentamente. Ahorcándolo, asfixiándolo cruelmente.

Belén es uno de los más dolorosos ghettos palestinos, porque buena parte del mundo recuerda ese lugar como un sitio histórico que quisieran visitar sin temor.

La plaza de Belén, enmarca la llegada a la Iglesia de la Natividad. Los habitantes de Belén, que obviamente poco y nada comparten el fervor cristiano, respetan a los escasos turistas y valoran ese espacio como el sitio histórico que indudablemente es. Qué distinto entonces ir a Nazaret, hermoso en la pulcritud israelita y prácticamente neutralizado con el fanatismo religioso o ateo -como quieran- de la administración judía que lo gobierna. Si preguntas por alguien llamado Jesús de Nazaret, entrarás a lista de las personas no gratas, aunque simplemente seas un historiador nada de católico. La intolerancia se respira en Israel. El recorrido por Jerusalén con algún judío que quiera acompañarte como guía turístico, llega a ser tragicómico. Solo pasas por fuera del Santo Sepulcro y como quien indica que ahí hay un cruce de calle, te lo señalan.

Esto para los turistas que acaso logran evidenciar este ¿racismo? en un rápido tour. Pero si te quedas solo una noche en Belén, y te atreves a entrar por el Check Point que diariamente deben hacer los escasos habitantes del pueblo que todo el mundo mira el 25 de diciembre, comenzarás a sentir el dolor en el aire.

Las pocas tiendas que hay, abren sus puertas como para no perder la costumbre. La plaza se repleta de hombres enflaquecidos y hasta con el rostro como desfigurado por el dolor, que se pasean en círculo matando el tiempo, vestidos con ropas como de los años 50. No tienen trabajo, no pueden salir de Belén a buscar trabajo. Tienen hambre. Sus mujeres e hijos esperan en casa por algo para comer y ellos deambulan por la plaza, mirando a los escasos turistas y compartiendo algún café con cardamomo.

Las vitrinas están vacías. Puedes comer algún shawarma seco y duro, que quien sabe cuánto tiempo ha permanecido clavado en el asadero. Los judíos no han dejado entrar carne, y el autoabastecimiento, nunca ha sido un ideal que funcione en la práctica. Un pequeño pueblo, rodeado de piedras y arena, al que ni siquiera llega agua con seguridad.

Te paseas como un perfecto idiota en uno de los lugares más emblemáticos para el mundo occidental y entonces decides entrar a un restorán a pocas horas del 25 de diciembre. Un escuálido árbol de navidad parpadea a la entrada, y al menos 10 mesoneros sentados en la barra te reciben con felicidad, llevarás algunas monedas, también judías... que solo podrán transar entre ellos mismos. Eres el único turista que ingresa y el menú es reducido. No hay casi comida, porque la frontera no se ha abierto. Viven en la tierra donde siempre existió su gente, pero hoy no tienen derecho salir, ni a moverse, ni a comer, ni a decidir nada sobre su propio destino. Están presos en su propia casa, esperando... esperando.

Entonces pides un té y un pan con queso. Esa es la cena de navidad que puedes comer en Belén, mientras afuera un grupo de niños y hombres te mira engullendo el queso que han reservado para el turista, con la esperanza de que se mueva la microeconomía que tienen en ese ghetto donde nació Jesús.

Si puedes permanecer más días en Belén, comenzarás a sentir entonces la angustia de vivir en un Ghetto. Comenzarás a sentir la desesperación y entenderás otro poco de la historia: simplemente un buen día, el mundo decidió hacer justicia con un pueblo masacrado como el judío, y en la accidentada división territorial, tu casa quedó al otro lado.

Deberás desocuparla, y partir al ghetto, acarreando las pocas cosas que pudiste sacar, y arrastrando a tus niños entre lágrimas y griteríos. Te instalarás en un campo de refugiados, que se diferencia de los campos de concentración nazis, porque la muerte es más lenta que con el gas. Morirás de locura y hambre y no asfixiado.

Vivirás arriba de varias familias en una habitación (con suerte), sitiado a pocos metros por el muro que te encañona con tanquetas y fusiles, y esperarás con ansias la llegada de algún valiente grupo de turistas alternativos, que quiera "conocer tu realidad". Entonces te comprarán a 10 dólares algún tejido de la abuela, o alguna precaria artesanía que hizo tu esposo en la cárcel condenado a 15 años por apedrear un carro de policías judíos y podrás decidir qué hacer con esos 10 dólares. Lo más probable es que los pases a la olla común, porque te dará mucho dolor ver a los hijos de tu "vecino" con tanta hambre como los tuyos.

Así transcurrirán tus días. Lentamente. Muy lentamente. Siempre esperando como que la pesadilla termine y un buen día te digan, acabó... puedes regresar a tu casa. Pero eso no pasará. Hace 30, 40 años que tu casa ya no existe. En su lugar, hay un país que instaló sobre tu cama, una preciosa lechería de vacas genéticamente perfectas.

Y como no hay territorio donde construir, deberás seguir en el Ghetto delimitado por otros, subsistiendo otros 40 años más hasta que mueras de viejo, con la mejor de las suertes. Tus hijos acaso irán a la escuela, cada vez más llenos de odio e impotencia, porque los escolta el muro, los militares, los tanques que te acechan a cada paso. Hasta que un día ese pequeño se convierta en hombre y entonces definitivamente no encuentre respuesta para entender por qué no puede ir a ese lugar también sagrado para él que es Jerusalén y que está solo a 10 minutos. Hasta que no encuentre respuestas para entender por qué no puede ir a estudiar a una universidad libremente, o casarse y formar una familia dignamente.

Entonces, ese muchacho que criaste en la miseria del Ghetto explotará de ira e impotencia, y juntará un puñado de piedras que arrojará contra el muro que lo somete a la más espantosa miseria. Ese muchacho entonces, será detenido y torturado varios años acusado de terrorismo. La evidencia serán las piedras, y la honda artesanal que fabricó a escondidas. Tu envejecerás esperando su libertad y explicándole a sus hermanos lo que sucede, intentado que ellos no corran la misma suerte, mientras sobreviven ahogados en ese ghetto cada vez más infernal. Y si el muchacho entonces sale, será solo para juntar ahora un puñado de clavos y construir esos famosos cohetes que tanto desesperan a los judíos sionistas.

Los "kassam", tubos artesanales de metal, rellenos de pólvora y clavos, que tienen la fuerza suficiente para subir 8 metros, traspasar el muro y explotar en una lluvia de clavos contra tus opresores y que irónicamente ellos mismos rescatan para transformar en esculturas que adornan sus hermosos jardines y que muestran como una evidencia de la violencia que son víctimas.

Vendrá entonces la primera represalia, un tanto desproporcionada, cinco tanques aplastarán viejos autos palestinos, arrollarán niños que se entrenan en la Intifada ("levantamiento") afinando la puntería con las históricas piedras de Belén.

Mientras revuelves la olla común con escasos porotos y pepinos, escuchas el griterío y la desesperación, como cuando los nazis entraban de golpe al pueblo de mi padre en Brac buscando a los partisanos. Nuevamente el horror te aplasta. Verás a morir a los tuyos, correrás entre el humo con los cuerpos ensangrentados, y los refugiarás en el Ghetto, a la espera de alguien de la Cruz Roja que cumpla la rutina humanitaria mientras José Levi despacha con su espantoso sonsonete español que: "ha empezado una nueva Intifada".

Si la frontera no se abre ni siquiera para la carne, o la leche, más difícil es aun ingresar artefactos que te permitan igualar la violencia de bombardeos aéreos o incursiones con tanques que reprimen las pedradas o los kassam de tus hijos.

Entonces llegará al poder de otro de tus hijos un poco de pólvora y tu se la quitarás. En silencio, sentirás -como ellos en su ferviente adolescencia- que los kassam con ese puñado de clavos, no igualan al poderío militar que te reprime. No tienes trabajo, no tienes comida, no puedes moverte del Ghetto, en tu mente solo existe la necesidad de hacer justicia, no puedes pesar en nada más. No hay futuro.

Darás vueltas en el ghetto una y otra noche, como siempre hace 40 años. Los bombardeos intensifican el bloqueo. No tienes agua, no tienes comida. Tus hijos sobrevivientes están muriendo de hambre y tu estás enloqueciendo. Pasarás muchas noches desvelada, hasta que aprenderás a construir un explosivo casero con esa pólvora. No le dirás a nadie, pero después de 40 años de miseria y represión, estás agobiada. No hay salida y decides que no te matarán de hambre lentamente y que tu muerte entonces no será en vano. Construirás explosivos que esconderás en tu cuerpo. Lograrás pasar el check point y lo harás estallar en el lugar más repleto de judíos que puedas encontrar. Esa es será tu pequeña venganza.

Mientras los restos de tu cuerpo se mezclaron con la sangre de los judíos también muertos, José Levi informará de un nuevo atentado suicida y horas más tarde, anunciará la segunda represalia. Bombardeos aéreos han dado sobre tu campo de refugiados. 290 muertos y 900 heridos en una nueva incursión de uno de los países militarmente más poderosos del planeta, que somete a los esqueléticos terroristas palestinos armados de piedras y cohetes kassam que tras 40 años de miseria y destierro no encuentran solución a su existencia y no se resignan a morir en uno de los ghettos del siglo XXI que reviven a los del Tercer Reich.

Ese fue el titular cuando llegué a Palestina: "Abuelita terrorista se suicida y mata a dos judíos". Tenía 50 nietos, versaba la bajada de la crónica. 50 nietos que habrá criado en el Ghetto, en estas 4 décadas... dónde más.

Después de estar 4 días en Belén, decodifiqué el titular. De-construí el titular y entonces, comencé a sentir cómo era posible enrollarse un montón de explosivos en el cuerpo. Sentí la angustia, abrumadora, la desesperación.

Decidí salir de Belén, angustiada, amargada... aterrorizada, y con una de las tristezas más profundas que he sentido en mi alma, simplemente porque tienes la certeza absoluta de que no hay retorno.

Llegamos a Betjala, que tiene conexión directa con Belén, omitiendo el check point. Entramos al mejor hotel de Betjala, un hermoso edificio de casi 12 pisos, hermosamente decorado, con un salón inmenso en la recepción, un gran comedor, un hermoso bar. Más de 300 habitaciones. Todas vacías.

Pedimos una buena habitación. Estaban todas disponibles. Un gran ventanal. Betjala como deshabitada, detenida en el tiempo. Y nosotros omitiendo un rato el caudal de incomprensiones que teníamos en la cabeza y el corazón. Estábamos escapando, al menos unos días. Teníamos hambre. Esa noche podríamos comer bien. Entonces por teléfono pedimos a la recepción algo de comida. Decidimos bajar al restorán. A las 9 de la noche, un restorán con más de 100 mesas había sido abierto solo para nosotros. La mesa repleta de las más exquisitas comidas árabes, sin exagerar. Todos los mesoneros a nuestra disposición. Estaba siendo difícil huir de la miseria. La teníamos escondida tras el lujo de ese hotel también detenido en el tiempo. Era temporada alta, plena navidad y no habían llegado pasajeros. Comimos lento, pensando en cómo hubieran querido algo de "very tipical food" en el campo de refugiados que habíamos visitado horas antes.

Una cerveza fue el postre y nos instalamos en el hermoso salón contiguo. Prendieron las luces para nosotros y entonces apareció un hombre alto, canoso, amable. Saludó y se presentó como el dueño del hotel. Comenzó una tonta conversación sobre clima. El no quería hablar del tema y nosotros tampoco, pero nuestro inglés chapurreado, tan chileno, pronto lo hizo sospechar sobre nuestra procedencia. Como muchos en Betjala, él también tenía un familiar en Santiago. Entramos en confianza, y entonces preguntamos y preguntamos.

Cómo sobrevivía, cómo mantenía ese hotel y para qué lo hacía en medio de tanta desolación. La conversa cada vez era más triste. Los escasos 200 dólares que podíamos dejar por nuestra estadía, ni siquiera alcanzaban para pagar la electricidad de 1 día funcionamiento del hotel. ¿Por qué no te vas a Chile?, le preguntamos. Uno de sus hermanos vive en Santiago. Sus ojos se llenaron de lágrimas, como si ese tremendo hombre de rasgos tan masculinos, fuera un pequeño nene muerto de susto. Como un comandante derrotado en su trinchera, moribundo, pero impecable y de corbata, él estaba dispuesto a morir ahí, en el precioso hotel que heredó de su padre y que antaño estaba repleto de turistas, viviendo el esplendor de la cultura árabe mezclada con el rito católico de la navidad.

No puedo hablar, dijo tartamudeando y se despidió de lejos antes de marchar. A la mañana siguiente partimos rumbo a Jordania. No pudimos conseguir un auto palestino que nos llevara a la frontera. No queríamos dejar ni 10 dólares más en manos de Israel. Pero fue imposible. Está prohibido y aunque los "territorios palestinos" dan con Jordania, la frontera también es de los judíos.

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viernes, noviembre 28, 2008

COMUNICADO DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL DE NICARAGUA EN OCASIÓN DE SU ASAMBLEA PLENARIA 2008

19 de Noviembre de 2008

“La primera que quiere la paz es la Iglesia” (Juan Pablo II)

Los Obispos de Nicaragua, reunidos junto a la tumba del Siervo de Dios, Padre Odorico D’Andrea, misionero de la esperanza en nuestras tierras del norte, queremos ratificar y expresar nuestra preocupación y el dolor de pastores por la violencia en diversas partes del país, la cual revive heridas profundas que con mucho esfuerzo y buena voluntad nuestro pueblo había venido superando. Nos oponemos a cualquier tipo de violencia venga de donde venga, pues “la primera que quiere la paz es la Iglesia” (Juan Pablo II). Nunca hemos sido ni seremos partícipes de la utilización de la violencia como método para alcanzar un objetivo.

Queremos destacar que esta preocupación por la violencia, la que atenta contra lo integridad de las personas y la vida, es también preocupación por los consecuencias de la misma en las familias, angustiadas por la integridad de sus miembros, la estabilidad de sus ingresos económicos, los daños emocionales y síquicos en sus niños y jóvenes, quienes además, pueden crear resentimientos y hasta odios.

Este momento de crisis nacional, hace que nuestra voz de pastores se dirija a todos aquellos que tienen arraigada su vocación de constructores de la paz, para que nos dispongamos a trabajar hasta alcanzar ese sagrado derecho de nuestra gente y se mantenga la “esperanza del hombre que resiste a pesar de todas las desilusiones” (Benedicto XVI, Spe Salvi 31). Conscientes de la responsabilidad que debemos tener sobre el valor de la vida humana, es indispensable agotar todos los recursos constitucionales, jurídicos y democráticos que permitan encontrar una solución a la actual crisis, conforme a la verdad y la justicia.

No podemos ver impasiblemente que se utilicen signos y se usen lenguajes propios de la religiosidad católica con fines políticos y hasta totalmente contrarios a los valores que en sí mismos significan.

Insistimos en el llamado a la oración y conversión. Disponemos que donde sea posible, se realice el Domingo próximo, Solemnidad de Cristo Rey, una procesión con el Santísimo Sacramento.

Al acercarse la fiesta tan querida de La Purísima, exhortamos a nuestros fieles a celebrar “la Gritería” y la Navidad de Nuestro Señor Jesucristo con devoción y esperanza cristiana.

Nos ponemos bajo la protección de nuestra Madre Santísima, pidiéndole que interceda por todos los nicaragüenses en estos momentos particulares que vive nuestro país.

Dado en San Rafael del Norte, a los diecinueve días del mes de Noviembre del 2008, inicio del estado de misión permanente en la provincia eclesiástica de Nicaragua.

Conferencia Episcopal de Nicaragua.

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miércoles, noviembre 12, 2008

Homenaje al Padre José María Sacedón (Chema)

a sus 40 años de labor educativa en Nicaragua.
Aldo Palacios Talavera
Jueves, 30-Octubre-2008.

Estaba en quinto grado, el profesor Don Aquileo Vazquez (qepd) era mi maestro, sin duda un gran profesor, como pocos, todos los años los chavalos comentábamos las noticias del colegio, y ese año el comentario mas relevante era que había llegado un nuevo padre de España llamado Chema, lo veíamos correr por las escaleras del colegio con una velocidad increíble, pero claro el nuevo padre se codeaba casi solo con los estudiantes de secundaria nosotros éramos todavía primariones, el padre Chema rápidamente se gano su sobrenombre como todos los educadores en el colegio y el de el fue sacado de los dibujos animados muy famosos en esos tiempos "El Corre Caminos" era el año 1968, mi vida era tan feliz que recuerdo como si fuera hoy las clases de matemáticas de Don Aquileo, eran toda una diversión, ir al colegio se había convertido en una verdadera pasión , era mi vida , sociabilizaba con mis amigos, jugaba, estudiaba, aprendía a descubrir el universo en el que vivimos de una forma muy agradable gracias a los profesores y sacerdotes del Calasanz de Managua lo mas importante en mi vida de chavalito después de mi familia eran las enseñanzas y las vivencias en el Colegio, mi pasión por la vida cristiana estaba mas que satisfecha, el Padre Bruno Martínez era una especie de maestro y guía espiritual que satisfacía al estudiante mas exigente, en esa edad los chavalos queremos saber de todo y ahí en el Calasanz se aprendía por medio de los Sacerdotes y Maestros todo lo que uno quería aprender, era una enseñanza integral.

El P. Chema fue mi profesor de Castellano en primer año de secundaria, pero no era un maestro igual a los demás, tenía un estilo muy particular, Chema antes de ser un Maestro era primero un amigo, parecía más interesado en ser primero amigo y después profesor, esa era su especialidad y en la edad cuando se esta entrando a la adolescencia contar con un amigo de la calidad moral y espiritual de José María Sacedón, era un verdadero privilegio, nos enseño a vivir el cristianismo no solo a estudiarlo, nos enseño a ser mas humanos, a vivir alegres con lo que éramos pero solidarios con los demás, nos mostró que los cristianos somos humanos tratando de ser mejores no superiores. Era un sacerdote que reconocía sus debilidades como humano y su fortaleza se encontraba en su amor a los demás.

El Padre Chema junto a los Sacerdotes Escolapios, Juan y Ángel, para mi revolucionaron toda la metodología de la enseñanza en el Calasanz de Managua de aquellos años, la transmisión de valores cristianos se aceleraron por llamarlo de alguna manera, en aquellos tiempos por ejemplo hacer una misa de la juventud con conjunto musical y música moderna era toda una revolución, recuerdo que la iglesia San Sebastián en la antigua Managua, se llenaba completamente en la misa de la Juventud, todos los chavalos y chavalas estábamos ahí como esperando al Cristo de verdad, a Jesús resucitado, no clavado en la cruz, esa era mi impresión y todo eso cambio mi vida de una manera muy positiva, eran los años 70,s el mundo cambiaba rápidamente y Nicaragua se encontraba en una situación de conflicto. Esa formación moderna, con valores cristianos, rigurosa en las artes y las ciencias pero a la vez con un componente humano y consecuente con la sociedad fue lo mejor que recibí en mis años de estudiantes en el Calasanz, y el padre Chema fue una de las personas que mas influyo en mi vida de adolescente y cristiano comprometido con los mas necesitados no solo de ayuda material sino moral y espiritual.

Este año 2008 el P. Chema cumple 40 años de estar trabajando a favor de la niñez y la educación cristiana en Nicaragua, prácticamente toda su vida la ha entregado a la formación de hombres y mujeres Nicaragüenses, ha llevado la luz del saber a cientos de estudiantes, su trayectoria como sacerdote y educador es admirable y los exalumnos de este prestigiado centro de Estudios estamos muy agradecidos con el, su entrega y su trabajo en la docencia y en la evangelización nos obliga a ofrecerle un merecido reconocimiento, en nuestros corazones sigue siendo el amigo que todo ser humano desea encontrar en la vida.

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lunes, octubre 13, 2008

San Juan Bautista de la Salle escribe al Hermano Gabriel Drolin.


París, a 11 de febrero de 1705
...Ruégole se informe exactamente sobre lo que hay del Instituto de los Padres de las Escuelas Pías: qué reglas tienen, como viven y se gobiernan; si se han propagado, si tienen General, cuáles son sus poderes; si son todos sacerdotes, si reciben dinero. Averigüe cuanto pueda so-bre ese asunto y comuníquemelo con todos los pormenores que pueda....

Hace ya tiempo, carísimo Hermano, que no recibo noticias suyas.

Le suplico nos las envíe, y que nos las dirija por Aviñón en esta forma: Carísimo Hermano Al-berto, escuelas gratuitas, cerca de San Sinforiano, para el Sr. De La Salte, en Aviñón.

Las escuelas de esta ciudad funcionan bien. Tendremos pronto en ella cuatro Hermanos y, no tardando mucho, casa capaz para veinte personas.

Yo mismo he presentado tres al Sr. Arzobispo de Aviñón, Nuncio extraordinario en Francia, el cual los recibió muy bien, y con suma bondad les dio su bendición antes que se despidieran.

Le ruego guarde secreto sobre todo esto, y nunca hable de ello a nadie, e incluso queme esta carta. Conversa Vd. demasiado con otros.

Dudo que pueda Vd. realizar cosa alguna ahí donde está.

Sólo deben guiarle el espíritu de Dios y un celo ardiente: mas paréceme que no veo en Vd. ni uno ni otro en grado suficiente para tamaña empresa.

¡Todo sea por Dios y cúmplase su santa voluntad!

Dígame si continúa Vd. en el mismo empleo, y si no pretende otra cosa.

Póngase en guardia contra el espíritu y los modales del mundo, que debieran inspirarle aver-sión, no sea que de tal modo se habitúe a ellos que más tarde le cueste mucho abandonarlos.

Ruego a Nuestro Señor le colme de su espíritu y haga de Vd. cuanto le plazca.

Cuando me escriba, no lo haga sino por Aviñón para que todas sus cartas lleguen seguras y se-cretas.

Ruégole se informe exactamente sobre lo que hay del Instituto de los Padres de las Escuelas Pías: qué reglas tienen, como viven y se gobiernan; si se han propagado, si tienen General, cuáles son sus poderes; si son todos sacerdotes, si reciben dinero. Averigüe cuanto pueda so-bre ese asunto y comuníquemelo con todos los pormenores que pueda.

Con saludos al Sr. De la Bussière, soy, carísimo Hermano, todo suyo en Nuestro Señor,

De La Salle

Gentileza de Yefrin Vargas
Chiautempan

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Carta de Cristóbal Colón a los Reyes Católicos anunciando el descubrimiento de América


15 de febrero, año 1493
De Wikisource, la biblioteca libre.

Señor, porque sé que habréis placer de la gran victoria que Nuestro Señor me ha dado en mi viaje, vos escribo ésta, por la cual sabréis como en 33 días pasé de las islas de Canaria a las Indias con la armada que los ilustrísimos rey y reina nuestros señores me dieron, donde yo hallé muy muchas islas pobladas con gente sin número; y de ellas todas he tomado posesión por Sus Altezas con pregón y bandera real extendida, y no me fue contradicho.

A la primera que yo hallé puse nombre San Salvador a conmemoración de Su Alta Majestad, el cual maravillosamente todo esto ha dado; los Indios la llaman Guanahaní; a la segunda puse nombre la isla de Santa María de Concepción; a la tercera Fernandina; a la cuarta la Isabela; a la quinta la isla Juana, y así a cada una nombre nuevo.

Cuando yo llegué a la Juana, seguí yo la costa de ella al poniente, y la hallé tan grande que pensé que sería tierra firme, la provincia de Catayo. Y como no hallé así villas y lugares en la costa de la mar, salvo pequeñas poblaciones, con la gente de las cuales no podía haber habla, porque luego huían todos, andaba yo adelante por el dicho camino, pensando de no errar grandes ciudades o villas; y, al cabo de muchas leguas, visto que no había innovación, y que la costa me llevaba al setentrión, de adonde mi voluntad era contraria, porque el invierno era ya encarnado, y yo tenía propósito de hacer de él al austro, y también el viento me dio adelante, determiné de no aguardar otro tiempo, y volví atrás hasta un señalado puerto, de adonde envié dos hombres por la tierra, para saber si había rey o grandes ciudades. Anduvieron tres jornadas, y hallaron infinitas poblaciones pequeñas y gente sin número, mas no cosa de regimiento; por lo cual se volvieron.

Yo entendía harto de otros Indios, que ya tenía tomados, como continuamente esta tierra era isla, y así seguí la costa de ella al oriente ciento y siete leguas hasta donde hacía fin. Del cual cabo vi otra isla al oriente, distante de esta diez y ocho leguas, a la cual luego puse nombre la Española y fui allí, y seguí la parte del setentrión, así como de la Juana al oriente, 188 grandes leguas por línea recta; la cual y todas las otras son fertilísimas en demasiado grado, y ésta en extremo. En ella hay muchos puertos en la costa de la mar, sin comparación de otros que yo sepa en cristianos, y hartos ríos y buenos y grandes, que es maravilla. Las tierras de ella son altas, y en ella muy muchas sierras y montañas altísimas, sin comparación de la isla de Tenerife; todas hermosísimas, de mil fechuras, y todas andables, y llenas de árboles de mil maneras y altas, y parece que llegan al cielo; y tengo por dicho que jamás pierden la hoja, según lo puedo comprehender, que los vi tan verdes y tan hermosos como son por mayo en España, y de ellos estaban floridos, de ellos con fruto, y de ellos en otro término, según es su calidad; y cantaba el ruiseñor y otros pajaricos de mil maneras en el mes de noviembre por allí donde yo andaba. Hay palmas de seis o ocho maneras, que es admiración verlas, por la deformidad hermosa de ellas, mas así como los otros árboles y frutos e hierbas. En ella hay pinares a maravilla y hay campiñas grandísimas, y hay miel, y de muchas maneras de aves, y frutas muy diversas. En las tierras hay muchas minas de metales, y hay gente en estimable número. La Española es maravilla; las sierras y las montañas y las vegas y las campiñas, y las tierras tan hermosas y gruesas para plantar y sembrar, para criar ganados de todas suertes, para edificios de villas y lugares. Los puertos de la mar aquí no habría creencia sin vista, y de los ríos muchos y grandes, y buenas aguas, los más de los cuales traen oro. En los árboles y frutos e hierbas hay grandes diferencias de aquellas de la Juana. En ésta hay muchas especierías, y grandes minas de oro y do otros metales.

La gente de esta isla y de todas las otras que he hallado y he habido noticia, andan todos desnudos, hombres y mujeres, así como sus madres los paren, aunque algunas mujeres se cobijan un solo lugar con una hoja de hierba o una cofia de algodón que para ellos hacen. Ellos no tienen hierro, ni acero, ni armas, ni son para ello, no porque no sea gente bien dispuesta y de hermosa estatura, salvo que son muy temeroso a maravilla. No tienen otras armas salvo las armas de las cañas, cuando están con la simiente, a la cual ponen al cabo un palillo agudo; y no osan usar de aquellas; que muchas veces me ha acaecido enviar a tierra dos o tres hombres a alguna villa, para haber habla, y salir a ellos de ellos sin número; y después que los veían llegar huían, a no aguardar padre a hijo; y esto no porque a ninguno se haya hecho mal, antes, a todo cabo adonde yo haya estado y podido haber fabla, les he dado de todo lo que tenía, así paño como otras cosas muchas, sin recibir por ello cosa alguna; mas son así temerosos sin remedio. Verdad es que, después que se aseguran y pierden este miedo, ellos son tanto sin engaño y tan liberales de lo que tienen, que no lo creería sino el que lo viese. Ellos de cosa que tengan, pidiéndosela, jamás dicen de no; antes, convidan la persona con ello, y muestran tanto amor que darían los corazones, y, quieren sea cosa de valor, quien sea de poco precio, luego por cualquiera cosica, de cualquiera manera que sea que se le dé, por ello se van contentos. Yo defendí que no se les diesen cosas tan civiles como pedazos de escudillas rotas, y pedazos de vidrio roto, y cabos de agujetas aunque, cuando ellos esto podían llegar, les parecía haber la mejor joya del mundo; que se acertó haber un marinero, por una agujeta, de oro peso de dos castellanos y medio; y otros, de otras cosas que muy menos valían, mucho más; ya por blancas nuevas daban por ellas todo cuanto tenían, aunque fuesen dos ni tres castellanos de oro, o una arroba o dos de algodón filado. Hasta los pedazos de los arcos rotos, de las pipas tomaban, y daban lo que tenían como bestias; así que me pareció mal, y yo lo defendí, y daba yo graciosas mil cosas buenas, que yo llevaba, porque tomen amor, y allende de esto se hagan cristianos, y se inclinen al amor y servicio de Sus Altezas y de toda la nación castellana, y procuren de ayuntar y nos dar de las cosas que tienen en abundancia, que nos son necesarias. Y no conocían ninguna seta ni idolatría salvo que todos creen que las fuerzas y el bien es en el cielo, y creían muy firme que yo con estos navíos y gente venía del cielo, y en tal acatamiento me recibían en todo cabo, después de haber perdido el miedo. Y esto no procede porque sean ignorantes, y salvo de muy sutil ingenio y hombres que navegan todas aquellas mares, que es maravilla la buena cuenta que ellos dan que de todo; salvo porque nunca vieron gente vestida ni semejantes navíos. Y luego que llegué a Indias, en la primera isla que hallé tomé por fuerza algunos de ellos, para que deprendiesen y me diesen noticia de lo que había en aquellas partes, así fue que luego entendieron, y nos a ellos, cuando por lengua o señas; y estos han aprovechado mucho. Hoy en día los traigo que siempre están de propósito que vengo del cielo, por mucha conversación que hayan habido conmigo; y éstos eran los primeros a pronunciarlo adonde yo llegaba, y los otros andaban corriendo de casa en casa y a las villas cercanas con voces altas: venid, venid a ver la gente del cielo; así, todos, hombres como mujeres, después de haber el corazón seguro de nos, venían que no quedaban grande ni pequeño, y todos traían algo de comer y de beber, que daban con un amor maravilloso. Ellos tienen en todas las islas muy muchas canoas, a manera de fustas de remo, de ellas mayores, de ellas menores; y algunas son mayores que una fusta de diez y ocho bancos. No son tan anchas, porque son de un solo madero; mas una fusta no terná con ellas al remo, porque van que no es cosa de creer. Y con éstas navegan todas aquellas islas que son innumerables, y tratan sus mercaderías. Alguna de estas canoas he visto con 70 y 80 hombres en ella, y cada uno con su remo.

En todas estas islas no vi mucha diversidad de la hechura de la gente, ni en las costumbres ni en la lengua; salvo que todos se entienden, que es cosa muy singular para lo que espero que determinaran Sus Altezas para la conversión de ellos a nuestra santa fe, a la cual son muy dispuestos.

Ya dije como yo había andado 107 leguas por la costa de la mar por la derecha línea de occidente a oriente por la isla de Juana, según el cual camino puedo decir que esta isla es mayor que Inglaterra y Escocia juntas; porque, allende de estas 107 leguas, me quedan de la parte de poniente dos provincias que yo no he andado, la una de las cuales llaman Avan, adonde nace la gente con cola; las cuales provincias no pueden tener en longura menos de 50 o 60 leguas, según pude entender de estos Indios que yo tengo, los cuales saben todas las islas.

Esta otra Española en cierco tiene más que la España toda, desde Colibre, por costa de mar, hasta Fuenterrabía en Viscaya, pues en una cuadra anduve 188 grandes leguas por recta línea de occidente a oriente. Esta es para desear, y vista, para nunca dejar; en la cual, puesto que de todas tenga tomada posesión por Sus Altezas, y todas sean más abastadas de lo que yo sé y puedo decir, y todas las tengo por de Sus Altezas, cual de ellas pueden disponer como y tan cumplidamente como de los reinos de Castilla, en esta Española, en el lugar más convenible y mejor comarca para las minas del oro y de todo trato así de la tierra firme de aquí como de aquella de allá del Gran Can, adonde habrá gran trato y ganancia, he tomado posesión de una villa grande, a la cual puse nombre la villa de Navidad; y en ella he hecho fuerza y fortaleza, que ya a estas horas estará del todo acabada, y he dejado en ella gente que abasta para semejante hecho, con armas y artellarías y vituallas por más de un año, y fusta, y maestro de la mar en todas artes para hacer otras, y grande amistad con el rey de aquella tierra, en tanto grado, que se preciaba de me llamar y tener por hermano, y, aunque le mudase la voluntad a ofender esta gente, él ni los suyos no saben que sean armas, y andan desnudos, como ya he dicho, y son los más temerosos que hay en el mundo; así que solamente la gente que allá queda es para destruir toda aquella tierra; y es isla sin peligros de sus personas, sabiéndose regir.

En todas estas islas me parece que todos los hombres sean contentos con una mujer, y a su mayoral o rey dan hasta veinte. Las mujeres me parece que trabajan más que los hombres. Ni he podido entender si tienen bienes propios; que me pareció ver que aquello que uno tenía todos hacían parte, en especial de las cosas comederas.

En estas islas hasta aquí no he hallado hombres mostrudos, como muchos pensaban, mas antes es toda gente de muy lindo acatamiento, ni son negros como en Guinea, salvo con sus cabellos correndíos, y no se crían adonde hay ímpeto demasiado de los rayos solares; es verdad que el sol tiene allí gran fuerza, puesto que es distante de la línea equinoccial veinte y seis grados. En estas islas, adonde hay montañas grandes, allí tenía fuerza el frío este invierno; mas ellos lo sufren por la costumbre, y con la ayuda de las viandas que comen con especias muchas y muy calientes en demasía. Así que mostruos no he hallado, ni noticia, salvo de una isla Quaris, la segunda a la entrada de las Indias, que es poblada de una gente que tienen en todas las islas por muy feroces, los cuales comen carne humana. Estos tienen muchas canoas, con las cuales corren todas las islas de India, y roban y toman cuanto pueden; ellos no son más disformes que los otros, salvo que tienen costumbre de traer los cabellos largos como mujeres, y usan arcos y flechas de las mismas armas de cañas, con un palillo al cabo, por defecto de hierro que no tienen. Son feroces entre estos otros pueblos que son en demasiado grado cobardes, mas yo no los tengo en nada más que a los otros. Estos son aquéllos que tratan con las mujeres de Matinino, que es la primera isla, partiendo de España para las Indias, que se halla en la cual no hay hombre ninguno. Ellas no usan ejercicio femenil, salvo arcos y flechas, como los sobredichos, de cañas, y se arman y cobijan con launes de arambre, de que tienen mucho. Otra isla hay, me aseguran mayor que la Española, en que las personas no tienen ningún cabello. En ésta hay oro sin cuento, y de ésta y de las otras traigo conmigo Indios para testimonio.

En conclusión, a hablar de esto solamente que se ha hecho este viaje, que fue así de corrida, pueden ver Sus Altezas que yo les daré oro cuanto hubieren menester, con muy poquita ayuda que Sus Altezas me darán; ahora, especiería y algodón cuanto Sus Altezas mandarán, y almástiga cuanta mandarán cargar, y de la cual hasta hoy no se ha hallado salvo en Grecia en la isla de Xío, y el Señorío la vende como quiere, y ligunáloe cuanto mandarán cargar, y esclavos cuantos mandarán cargar, y serán de los idólatras; y creo haber hallado ruibarbo y canela, y otras mil cosas de sustancia hallaré, que habrán hallado la gente que yo allá dejo; porque yo no me he detenido ningún cabo, en cuanto el viento me haya dado lugar de navegar; solamente en la villa de Navidad, en cuanto dejé asegurado y bien asentado. Y a la verdad, mucho más hiciera, si los navíos me sirvieran como razón demandaba.

Esto es harto y eterno Dios Nuestro Señor, el cual da a todos aquellos que andan su camino victoria de cosas que parecen imposibles; y ésta señaladamente fue la una; porque, aunque de estas tierras hayan hablado o escrito, todo va por conjectura sin allegar de vista, salvo comprendiendo a tanto, los oyentes los más escuchaban y juzgaban más por habla que por poca cosa de ello. Así que, pues Nuestro Redentor dio esta victoria a nuestros ilustrísimos rey e reina y a sus reinos famosos de tan alta cosa, adonde toda la cristiandad debe tomar alegría y hacer grandes fiestas, y dar gracias solemnes a la Santa Trinidad con muchas oraciones solemnes por el tanto ensalzamiento que habrán, en tornándose tantos pueblos a nuestra santa fe, y después por los bienes temporales; que no solamente la España, mas todos los cristianos ternán aquí refrigerio y ganancia.

Esto, según el hecho, así en breve. Fecha en la carabela, sobre las islas de Canaria, a 15 de febrero, año 1493. Hará lo que mandaréis.

El almirante

Después de ésta escrita, y estando en mar de Castilla, salió tanto viento conmigo sul y sueste, que me ha hecho descargar los navíos. Pero corrí aquí en este puerto de Lisboa hoy, que fue la mayor maravilla del mundo, adonde acordé escribir a Sus Altezas. En todas las Indias he siempre hallado los temporales como en mayo; adonde yo fui en 33 días, y volví en 28, salvo que estas tormentas me han detenido 13 días corriendo por este mar. Dicen acá todos los hombres de la mar que jamás hubo tan mal invierno ni tantas pérdidas de naves.

Fecha a 4 días de marzo

Obtenido de

http://es.wikisource.org/wiki/Carta_de_Cristobal_Col%C3%B3n_a_los_Reyes_Cat%C3%B3licos_anunciando_el_descubrimiento_de_Am%C3%A9rica"

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